Bueno, justo ayer envié mi protocolo de investigación para obtener la Carta Aval en la maestría y estar en posibilidades de ingresar.
Mi tema trata sobre algo que vengo trabajando desde 2018 en un diplomado que tomé en el Instituto Mora, seguridad en el transporte público colectivo. El tema se enfoca principalmente a la participación y colaboración que debe existir entre las 2 entidades federativas que constituyen la Zona Metropolitana del Valle de México (La CDMX y el Estado de México), es un tema muy amplio y quizá no bien delimitado, pero considero que es viable. No soy el mejor haciendo investigación, pero tengo un conocimiento para hacerlo aunque sea de modo aceptable. Lo comento porque recuerdo que desde que toqué el tema en el diplomado percibí que a mis compañeros y profesores no les parecía buen tema al respecto. Pero yo estoy muy seguro que es un gran tema.
Justamente hoy me apareció en mis recuerdos de Facebook cuando publiqué en 2013 sobre el momento en el que me asaltaron en el transporte público y me arrebataron una mochila que me gustaba muchísimo. Yo, todo imprudente y jovencito (tenía 20 años), me puse altanero contra los asaltantes sin saber que desembolsarían una pistola y la apuntarían a mi cabeza... Ijole...
Mi pensamiento fue "voltéate y asume las consecuencias de tus actos, ya te habían dicho cómo actuar y no aprendes". Es cierto que en momentos así, el tiempo y el espacio transcurren a ritmos totalmente diferentes, pues uno queda fuera de sí.
Ese día era domingo, lo recuerdo muy bien porque debía ir a trabajar a la librería a la que le entregué mi alma, y cuando bajé del transporte caminé, desorientado y con un total desconcierto, no creía lo que había pasado. De repente, una compañera del trabajo, y aún amiga mía, me espanta por la espalda y podrán imaginar mi reacción desequilibrada.
Cuando llegué le pedí a mi jefe, frente a mis compañeros, que me diera el día, que no me iba a concentrar y empecé a llorar incontrolablemente.
No iba a tomar el camión para llegar a casa, así que me fui en taxi y cuando llegué a mi casa les conté a mis papás todo, me puse todo el día en la computadora y recuerdo que por momentos lloraba, después reía, después reflexionaba. Es un momento difícil de entender.
Yo estoy convencido que el problema de robo en transporte público, ya sea con o sin violencia, constituye un problema serio para una ciudad. Pensemos en lo siguiente, una persona que vive constantes asaltos decide por cambiar de residencia de trabajo o simplemente se ve obstaculizada su vida diaria dejando de trabajar o estudiar. Quienes pueden pagar un automóvil para evitar el asalto, lo compran, pero esa no es una solución, constituye otro problema, lentas velocidades, contaminación, tráfico, un problema desencadenó otro. Y eso solamente considerando las personas que tienen auto por motivos de seguridad, hay que agregar quienes lo tienen por la estúpida vanidad que se encuentra muy presente en la sociedad latinoamericana, o por las personas que se sienten inseguras por otros motivos: acoso sexual, lesiones para personas de la tercera edad, mujeres embarazadas (es posible perder un bebé por el mal manejo de las unidades).
Seguiré pensando en hacer mi investigación de ese tema, en el Estado de México es frecuente la nota roja de asaltos con violencia, muertes, o accidentes viales provocados por las malas condiciones de las unidades o de los choferes.
Al final de cuentas, si no hubiera sido por ese día, hoy no estaría tan decidido en querer entrar a esa maestría y buscar una solución al respecto.
7 años de eso y es un episodio que aún duele.Y dolerá.
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