domingo, 1 de diciembre de 2013

Sí tengo tiempo


Ya tenía suficiente con el trabajo y con lo demás, pero estaba ahí, en ese cuarto escuchando al gordo hijo-de-puta que siempre llegaba ebrio a imponer ideas, siempre. Pero ese jueves era especial, era jueves de fiesta. No soy ese tipo de personas que van seguido a fiestas, pero como a todos; me gusta salir, divertirme, tomar y ponerme ebrio aunque eso signifique que esté solo.

Termina el gordo de hablar. Salgo a buscar a un amigo para decirle que nos vayamos. Yo contemplaba ir a la fiesta en transporte público, pero al parecer él conoce gente que yo no conozco del todo y que probablemente nos llevarán en auto. No es lo mío. De todas las veces que voy en auto hacia una fiesta o algo parecido la gente dentro del auto se comporta como idiota, como si ir en un auto te hiciera especial y diferente; a la gente siempre le gusta hacer diferencias.

Después de varios inconvenientes con el transporte en auto, hablamos con los demás desconocidos, y uno de ellos nos indica cómo llegar al lugar en transporte público, ellos llegarán más tarde que nosotros. Después, caminamos, caminamos y caminamos. 

Evidentemente nadie nos va a regalar el alcohol, así que compramos una botella de Ron, de ese que tiene un estúpido y divertido Capitán en la portada, sabe excelente, al momento de hacerme reír, me recuerda los distintos estereotipos que genera, pero en fin hoy no hay necesidad de pensar en eso... quizá. El lugar al que nos dirigimos ya había ido y no es difícil llegar, pero para llegar al salón había que subir por una especie de colina hacía la entrada del lugar. Mientras caminamos veo a una amiga mía que van con sus amigos y uno de ellos va cargando una especie de caja que no sé qué chingados contenga, mi intención solamente es levantar la mano para saludarla de manera amistosa y chiflando (Fiiiiiii) pero siguiendo mi camino. La entrada del lugar estaba llena por varios rostros conocidos que muchos de ellos no son de mi simpatía, pero encuentro gente que sí lo es, algunos los saludo y sigo mi camino hasta que llegamos al lugar para pagar la entrada, al pagar demuestran su simpleza al solamente identificar a quienes pagaron con un estúpido sello en la muñeca de la secretaría de educación del gobierno, gobierno el cual, algunos de los organizadores han de repudiar, eso lo tengo seguro. Se oyen gritos de festejo, no hay mucha gente, entramos y apartamos nuestro lugar, las primeras horas se convierten en espera porque no hay mucha gente con quien socializar, a primera vista esto pareciera ser algo aburrido, pero no hay que quedarse con esa imagen. Todo puede arreglarse. Nos instalamos con compañeros y platicamos levemente mientras la música suena, que por cierto, no era TAN mala, hay gente que ya empezó a bailar de la manera MÁS falsa y estúpida que lo único que puedo hacer es verlos, y además de infiltrarme en las fotos de otras personas que hacen poses ridículas para que después ellos puedan presumirlas con sus amigos con la sorpresa de que probablemente mi rostro o mis manos hayan hecho algo que pueda arruinar la foto, sin duda, me gusta arruinar las cosas, arruinar las situaciones, ser un aguafiestas, ser un engreído… a veces. El calor se convierte en un hijo de puta y el lugar no se presta para quedarse ahí, solo quienes quisieran bajar de peso de la manera más sencilla se quedarían, yo ya tengo demasiado. En fin, salimos, y nos encontramos con gente agradable, nosotros tenemos nuestras botellas de refresco para acompañar al Ron, y las juntamos con las demás bebidas que se compraron entre los demás, pero obviamente, hasta que se metan con lo mío, me meteré con lo suyo. El calor que produce el sol no es tan sofocante como el que hace el sauna de ese salón improvisado. Nos quedamos ahí, la cosa se empieza a tornar más divertida, gente agradable con quien platicar, botanas, bebida, burlas, gente vomitando por exceso de consumo y peleas verbales entre nuestros compañeros con los afectados por el señor monstruo, divertido. El sitio donde es la fiesta, ya te dije que está como en una especie de colina, pero la orilla del patio está al umbral de lo que pareciera un risco, este patio contaba con una barda y una reja a prueba de idiotas, claro; es por ello que la gente que vomitó lo hacía en ese risco, hacia el vacío, despojándonos de nuestra libertad de quedarnos ahí aunque fuera por un momento hasta que se fueran y las cosas regresaran a su normalidad.

Luego: Gays. Resulta que yo estaba bebiendo tranquilamente cuando de repente un tipo con quien no suelo tener mucho contacto pone su brazo sobre mis hombros, como si fuera yo una especie de PUTA, obviamente mi reacción (al menos hasta ese momento y de manera interna) fue de rechazo, no sabía qué hacer, sentía que en cualquier momento sería una de sus víctimas, es por eso que mejor pongo mi vaso sobre mi boca.

- ¿Nunca había tomado con ustedes dos verdad?- Dice él hacia mí y a mi amigo, con su brazo sobre mis hombros todavía

- No, pero está bien que estemos haciéndolo, de hecho con varios de aquí no lo había hecho- Dije

- Jajaja jajaja bueno- En ese momento toma la botella de Ron que YO había comprado- ¿De quién es ese Capitán Morgan?

- Es mío, pero bueno, ya también tomaron de nuestros refrescos, así que pues… puedes tomarlo.

- Lo siento, pero mira no te preocupes, de verdad. Aquí tengo una botella de Tequila que todavía no ha sido abierta ¡Tú no me pidas, tómala! Sabe muy bien y me la compré cuando salí de viaje- En ese momento la saca, la abre y la deja ahí, lista para ser tomada.

Me siento libre cuando a esta persona que tiene su brazo sobre mis hombros, se le acerca una persona que a primera vista no pareciera homosexual, pero bien dice ese dicho trillado “Las apariencias engañan”, se observan los dos, CON SU BRAZO TODAVÍA SOBRE MIS HOMBROS, platican de cosas que no entiendo, al tipo que se le acercó de pronto le cambia el rostro, le brillan los ojos, se hinchan sus labios, ALZA LA CARA HACIA LA SUYA… ¡SE BESAN! ¡CON SU CHINGADO BRAZO AÚN, AÚN, ¡AÚN! SOBRE EL MÍO! Ya sé qué hacer, ya está teniendo lo que buscaba, solo es cuestión de hacer un ligero movimiento en los hombros, en diagonal, sí, para que entienda que puede ocupar ese brazo para abrazar con quien YA SE ESTÁ BESANDO, lo entiende, Dios bendiga la comunicación no verbal, lo hace, me deja libre, continuo en lo mío.

Mi amigo y yo sabemos que lo que dijo respecto a la botella iba en serio, así que nos servimos Ron, nos servimos Tequila, nos dan unas latas de cerveza, la cosa está yendo muy bien, aunque dan ganas de tirar una meada, ir al baño es todo un desafío, debes atravesar estúpidas ex-parejas discutiendo lo que saben de antemano que no se logrará: Regresar a ser novios, también te topas con parejas espontáneas de un día que derrochan pasión y gente normal platicando. Tanto la taza como el lavabo están ocupados, eso en el baño de los hombres; los organizadores de la fiesta colocaron 2 cubetas para depositar meadas, pero ¡sorpresa! Éramos tantos que queríamos mear que las dos cubetas derraman orines, orines que incluso pueden mojar tus zapatos, incluso tuve que ir a mear 2 veces, las cuales fueron rápidas, me lamento ver el baño de mujeres que va demasiado lento y seguramente ellas han de estar a punto de orinarse en público.

Seguimos consumiendo, seguimos platicando, seguimos divirtiéndonos, esto es lo que pasa cuando estás decidido a pasártela bien, hay un momento en el que la gente ya está ebria que si tú tomas una lata de cerveza o de whisky no pasará nada, lo hicimos, pero se dieron cuenta aunque no se dieron cuenta de quién había movido la bebida (mi amigo), regresamos la bebida en son de amistad y de desconocimiento de la llegada de la lata a su proximidad, pero seguimos.

Mi amigo ofrece el Ron como si fuera suya, por un milisegundo tuve algo de desconfianza en él, pero pensé “No, no puede hacerme eso, es buen muchacho, seguramente la cosa mejorará” y claro que es válido pensar eso, él fue de esos amigos que surgieron como lo decía la generación espontánea ¡POF! Y ya no te das cuenta del momento en el que ya hablas bien con él. De nuevo, seguimos. Él me hace el comentario de que debemos robar la botella de Tequila, yo me siento inseguro, ¡ESTÁBAMOS EN PLENA INTERPERIE BAJO LA LUZ DEL PUTO Y CHINGADO SOL! ¿Cómo lo íbamos a hacer? Bien… pues desde ese día confirmé que la gente se da menos cuenta de los delitos cuando hay multitud, porque cuando hay que hacer los delitos a escondidas es cuando te joden. Lo calculamos, le di mi mochila la cual ya tenía como 5 años conmigo y que ya estaba más jodida y agujerada que puta de la Calzada de Tlalpan, la abre, hay un libro que estaba leyendo en ese momento, mi chamarra, y mis notas, la cosa así iba a estar difícil; muchas cosas, poco espacio. Toma su tiempo y sigue platicando mientras mi mochila está abierta bajo sus piernas, después, mete la botella sin que nadie se diera cuenta, y luego mi respectiva y respetable botella de RON, la diversión continúa y más porque los vecinos de la zona residencial están organizándose para enviar elementos de seguridad pública al lugar para despojar a los hijos de puta que impiden su paz.

Aproximadamente son las 6 de la tarde y decidimos partir, la verdad yo ya estaba muy borracho y mientras salgo me encuentro con dos amigas que me dijeron que sería un culero si no me quedo, me debo ir, me caen muy bien, pero de verdad me debía ir, y justamente al salir, me encuentro con otra amiga la cual, cuando me ve lo único que recuerdo decir de su boca es “Tú qué borracho”, no recuerdo haberle dicho algo, no lo sé, me voy, caminamos y vemos a un imbécil sangrando del rostro, pareciera haberse medido a golpes con algún cabrón, pero bueno eso sucede a los imbéciles que no saben controlar la ira y el alcohol.

Bajamos la colina rumbo a la avenida principal, nos encontramos con un grupo de compañeros que van en auto y los saludamos, uno de ellos nos dice como si fuéramos un par de idiotas “¡Corran!”, nos despedimos y caminamos, una de las patrullas que estaban ya cerca sube por la calle en dirección hacia mí, pero solo me moví discretamente para evitar ser arrollado, estoy seguro que si fuera por el hijo de puta que conducía, me hubiera matado, sin duda alguna. Yo ya estaba emocionado por la situación, mi amigo no tanto como yo, salimos del lugar JUSTO a tiempo, llegamos a la avenida principal y al esperar el transporte vemos que una mujer había sido atropellada, hay sangre y hay una unidad de transporte público llamado “combi”, nosotros estamos esperando una de esas posibles asesinas “combis”, le pregunto a mi amigo si esa mujer era parte de la fiesta, no lo sabemos, tomamos una combi y nos largamos del lugar, bajamos cerca de un lugar para ir a los baños. Al salir nuevamente de ahí nos despedimos y cada quien a su casa, y yo con la respectiva botella de Tequila robada. Mi hermano mayor llega poco después que yo y también se fue de fiesta, también tuvo un buen día, estuvo a punto de irse a otro estado para pasar su fin de semana chingón, es un chingón. Contamos nuestros días con la misma emoción. Lo más curioso de todo esto es que a mucha gente no le emocionó esa fiesta tanto como a mí, pero bueno, tenía motivos para sentirme así, en menos de 2 semanas ya había pasado yo por:


  • Un intento de asalto en el transporte por un imbécil vestido de manera formal, amenazando con dispararnos cuando no llevaba nada en sus bolsillo, a un ingenuo solo le pudo quitar su cartera y su celular, los demás no éramos tan imbéciles, se fue, pero el susto se quedó.

  • Un robo de aproximadamente $1200 por haberme quitado (o perdido) la tarjeta con la que me pagan en mi trabajo, dinero bien ganado, el historial decía que habían sido $1000 en GASOLINA (GASOLINA ¡POR DIOS!, NI YO SÉ CONDUCIR) y unas compras en un lugar llamado “Grupo Quintanar” en la Ciudad de México, el cual es como algo parecido a un salón para BODAS (mierda)

  • Un dolor de estómago TERRIBLE, afortunadamente fue el día que tuve que descansar y pasé el sufrimiento de mi día en mi casa.

  • El dolor de una noticia acerca de la escuela.

  • Un robo donde me quitaron una mochila que era totalmente envidiable, probablemente en esa mochila me hubiera cabido el tequila, el ron, mis cosas que llevaba y todavía refrescos nuestros; también se fue mi celular, que después pude comprender que sin él y sin la comunicación innecesaria que representaba mi vida sería más tranquila, más llevadera, más serena, más saludable: Mejor, pero era mi pertenencia, no debían tomarlo esos dos hijos de puta armados con una 9mm; mi cartera también se fue con ellos.


Por esas situaciones estaba emocionado, me había liberado y me sentía de nueva cuenta vivo, me había dado cuenta que cosas que no se hacen, se cobran con cosas que no se hacen, pocas veces hago eso y aunque solamente fue una botella insignificante de tequila (que por cierto, no me gusta el tequila), representaba las tomas de decisiones CORRECTAS ante situaciones que la perra vida a veces te pone, fue una serie de decisiones ACERTADAS, además la toma de esa botella representaba la burla hacia la vida y quizá hacia la muerte cuando recuerdo que tras ese asalto yo estaba gritándole a uno de los 2 asaltantes que me devolviera mis cosas, cuando después de mucho insistir, se volteó hacía mí y me apuntó con esa sucia 9mm, quitando el seguro del arma y diciendo “¡CÁLLATE SI NO QUIERES VALER MADRE EN ESTE MOMENTO!” mientras escuchaba el mismo sonido que hace el arma cuando la agitas, en ese momento supe que la cosa era seria y que la pistola no era de juguete como el intento de asalto del tipo anteriormente, podía haber estado frito en ese momento, pero no, ahora estaba en mi casa con esa botella de tequila, con mi embriaguez, con mi hermano y mi querida familia. Después… decidí no bañarme aunque estuviera apestando tras esa fiesta, ésa, ésa sería otra de las decisiones acertadas.

Así se ve la vida a veces

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