Hoy escribo con la debilidad, con el miedo y la angustia de lo que me pueda pasar no solo a mí, sino a mis familiares, amigos y toda la gente que no tiene un sustento o acceso a servicios básicos como el agua o la vivienda.
Escribo porque me duele por dentro saber que hay gente que no tiene ni siquiera la condición económica para sostenerse un maldito perro día. O que ni siquiera tiene acceso al agua mínima para lavarse las manos aunque sea una maldita vez.
Pero ya me conozco, y sé que este miedo lo único a lo que me impulsa es a hacer algo, actuar, hacer lo necesario. Porque ese fue el mismo miedo que tuve después del sismo, el instinto por buscar ayudar a los demás. Porque mi suerte fue la suficiente para estar tranquilo, pero mi miedo fue suficiente para salir a las malditas calles a hacer algo al respecto.
Hoy anunciaron la ÚLTIMA OPORTUNIDAD de actuar, de hacer algo al respecto, quedándonos en nuestras casas. Hagámoslo, y busquemos la forma de apoyar a la gente que no puede darse ese PRIVILEGIO.
Los datos venideros no son nada alentadores, no me atrevo a dar datos o cifras al respecto para no contribuir a la desinformación, busquen la conferencia del día de hoy en redes sociales. ¿cómo contaremos esto? porque estoy seguro que quienes leen esto estarán bien, pero ¿y los que no? ¿cómo le contaremos a las nuevas generaciones lo que estamos viviendo actualmente?
¿cómo les contaremos el miedo que tuvimos cuando anunciaron el primer caso en México? Les diremos que veíamos el problema como una bomba lejana explotando a kilómetros de distancia, y que al inicio pensábamos que la ola nunca llegaría, que era un problema totalmente lejano y ajeno a nuestra realidad. Pero que cuando comenzó a sentirse el empuje, empezamos a sentir mucho miedo e incertidumbre, la gente en el transporte público andaba con total desconfianza y preocupación. Los números fueron creciendo y. ¿qué más sigue? ¿Cómo contaremos los datos esperados? ¿cómo viviremos esta tempestad que apenas, apenas, está iniciando?
Pero estoy seguro que contaremos cómo nos fortalecimos desde adentro, dejando de lado nuestras inseguridades para tomar valor y responsabilidad que vive el mundo completo. Todos estamos en este mismo barco.
Y no solamente eso, cuando la tormenta haya pasado ¿qué consecuencias graves o buenas habrá traído esto? claro que hay buenas, esto es un respiro que ya pedía el planeta, un respiro que, lamentablemente es a costa del respiro de mucha gente. Miles (o millones). Los ríos se aclaran, la fauna recupera su lugar, aunque sea por un momento.
No nos adelantemos, mejor.
Sí, TENEMOS MIEDO. Estamos caminando a oscuras sabiendo que no vienen cosas buenas, pero sabemos que debemos ser fuertes, sabemos que nuestra mayor fortaleza es la responsabilidad y el actuar a tiempo. Seamos el maldito equipo que venza a este enemigo en común.
LA VAMOS A LIBRAR.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario