Generalmente suelo escribir sobre mi cumpleaños en MI CUMPLEAÑOS, pero apenas tuve una conversación con alguien en la cual hablaba sobre lo que recuerdo que hice en cumpleaños anteriores y quería escribirlo para ustedes anticipándome al 25 de julio, ¿Por qué? Bueno, no puedo esperar a esa fecha sabiendo que nadie tiene la vida garantizada.
Afortunada o desafortunadamente, he tenido cumpleaños felices, incluso he escrito sobre algunos de ellos. Así que aquí vamos a contar los cumpleaños consecutivos que más recuerdo.
2013. Un cumpleaños sumamente especial, lleno de muchos peligros en la librería donde trabajé. Sobre esa historia llena de caos, tristeza y con un final lleno de alegría, diversión y felicidad lo escribí justamente en el siguiente enlace. Ese cumpleaños lo guardo mucho en mi corazón.
2014. Ese año fue especial para mí, había iniciado el servicio social y todo era un mundo lleno de cosas nuevas, emociones nuevas y experiencias nuevas. Ese día, era viernes, bien lo recuerdo, salí temprano del servicio social (mi hora de salida era a las 7 y salí a las 4, sí, prácticamente fui al servicio a despedirme tras haber hecho 2 horas de camino). En fin. Ese día mi compañero de la UPN, Roberto, me invitó un suave helado y caminamos todo periférico desde la Picacho-Ajusco hasta Perisur. Hicimos media hora pues íbamos hablando de todo. Me gustaba hablar con él, salían temas muy variados de conversación (feliz). Tomé el metrobús hasta la glorieta de insurgentes y esperé a mi amiga Daniela que saliera de su trabajo e hicimos lo que en esos años era una tradición de cada viernes. Caminar desde la glorieta de insurgentes hasta bellas artes, e ir hablando de muchas cosas muy lindas y divertidas. Fue un gran día aquel.
2015. Ese sábado inició yendo al centro a comprarme un nuevo celular y terminó conociendo a grandes y muy especiales personas en un día sumamente especial. Sobre eso, escribí en el siguiente enlace.
2016. Sin duda este ha sido el cumpleaños más triste del que yo tenga registro, conocimiento o memoria. Eran tiempos difíciles y recuerdo que por esas fechas había terminado con mi novia de ese entonces (una de las tantas veces que terminamos) pero decidimos ir a Cuautla, Morelos a celebrar mi cumpleaños (sí, sin ser novios) y pasamos el fin de semana allá. La pasé muy bien y fue un viaje muy memorable, aunque lleno de incertidumbre, de dolor. Mi cumpleaños era lunes y el domingo en la noche llegamos a mi casa y dormimos juntos, algo que yo amaba hacer a su lado. A la mañana siguiente desperté para prepararme para irme a trabajar. Me vestí y me puse un traje negro que me gustaba mucho. Me despedí de ella y tomé la combi rumbo a metro Universidad. En gran parte de trayecto iba llorando, no podía con el dolor que me provocaba la incertidumbre de no entender qué había pasado: "¿éramos novios?" "¿por qué pasamos un fin de semana entonces?" "¿qué significa todo eso?". Me festejaron mis compañeros del trabajo de ese entonces y fueron muy amables en esperarme para el pastel. Al llegar a mi casa encontré en mi cuarto una serie de fotografías de mi entonces novia y yo pegadas en la pared y notas de amor. No pude con eso.
2017. Ese día estuvo muy sencillo, realmente no tenía planes de hacer algo, porque me tocó trabajar y mi novia de ese entonces (no la del año anterior) únicamente estuvimos en mi casa tranquilos y comimos en un restaurante cercano a mi casa. Fue un buen gesto el que hizo y lo aprecio mucho.
2018. Ese año, el más productivo e importante de mi vida hasta ahora, estaba muy ocupado en muchas cosas, tenía diferentes actividades que hacer, recién me había titulado y estaba en planes de tocar en público con mis amigos y los ensayos no podían parar, así que ese día fui a ensayar, estuvimos en casa de Nundehui y al final del día me regalaron una deliciosa botella de Ron. Un día muy productivo haciendo cosas nuevas festejando un poco. (Ah, y adornaron mi lugar de mi trabajo).
2019. Oooooh ese cumpleaños!!! Ese día lloré, lloré mucho. Qué emoción. Ese día me regalaron cosas hermosas y tuve hermosas atenciones. Me regalaron en mi trabajo una deliciosa caja de mazapanes tamaño grande con un cartel impreso de un diseño de mi barrio con una noche estrellada y un mensaje muy lindo. Saliendo me invitaron a comer pizza y cerveza, fue un rato y conocí gente nueva. Y al final me invitaron a cenar y me regalaron un dibujo que refleja el cariño que le tengo a mi hermano. Ese día al llegar a casa no podía creer lo afortunado que me sentí y decidí escribir sobre eso. Aquel día la gente fue linda conmigo. Me sentí afortunado de tener esas atenciones y jamás las olvidaré.
Yo creo que para complementar este post, cada año contaré lo que hice. O quizá haga un corte cada ciertos años y contar un recuento. Me gusta contar las cosas que he vivido. Además, creo que es buen momento de escribir sobre un recuento de cumpleaños en el último mes del último año de la década.
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