Me congratulo de estar de nueva cuenta con usted, estimado lector, debe saber que espero que los últimos 3 post de 2015 hayan sido de su agrado, pues fueron escritos con mucha pasión (en serio) para que disfrute y que deje un comentario referente a su opinión. Asimismo me congratulo de estar aquí sabiendo que la cultura del blogger ha ido desapareciendo por parte de algunos autores que solía seguir y algunos blog fundacionales (como el de un crustáceo) mientras que este blog está dando sus pasos rumbo a sus 4 añotes (parecería que fue ayer cuando menté madres en el primer post y así di la bienvenida a este blog). A veces creo que muchas personas prefieren las goteras intelectuales en 140 caracteres que un Blogger para plasmar algo un poco más complejo.
Bien, hace tiempo que no escribo post temáticos, como usted sabe (si es que es FIEL y FERVIENTE seguidor de este blog, es decir, de hueso colorado que se ha chutado todos y cada uno de los post de este maravilloso blog) los post temáticos inician tal y como lo estoy haciendo en estos momentos, es decir, en una especie de charla cantinera introductoria (sin que piensen mal, gente abusada), pues nunca he tenido la habilidad de dar un tema sin una especie de introducción underground.
En el caso particular de este post, el titulo promete ser el desarrollo del mismo, es decir, el tema central en este caso son los amigos (no la amistad, es diferente), ya que generalmente el título del post parece ser una especie de burla hacia el desarrollo del tema que termina siendo una chingadera diferente, algo que parece no tener una relación congruente. Este no es el caso.
Bien, todo comenzó un viejo día, hace mucho tiempo me encontré con una persona en un bar, era uno de esos bares de buena vida (antónimo de mala muerte) y me di cuenta que esa persona se encontraba rodeada de amigos suyos, amigos que me presentó para incluirme en sus pláticas que (de verdad) no me importaban en lo absoluto. Grave error de esa persona que le gustaba mezclar amigos de amigos de amigos. En principio, a veces la gente no es de mi agrado, y ese día no podría concebir conocer gente contra mi propia voluntad.
En fin, la cosa resultó de esta forma, las conversaciones giraban en torno a las barbaridades que hacían en tiempos de pubertad, tú sabes, malpasadas de alcohol, congestiones absurdas por su consumo y acontecimientos vergonzosos, dentro de esas conversaciones aprovechaban para burlarse constantemente de la persona que originalmente conocía yo, le faltaban al respeto, no dejaban que pudiera tomar asiento cómodamente, no dejaban que pudiera hacer cierta cosa, no podían dejar en paz su conciencia recordándole tantas cosas. Me hacía pensar que ni siquiera podrían comportarse como personas de su edad aun teniendo a algún familiar de esta persona en el mismo contexto, por ejemplo, su casa, su auto, o algo...
La cosa se fue así por tanto tiempo que después de un rato decidí irme, tomé el próximo pecero que me llevara a cualquier parte, me bajé ahí e inicié la aventura de saber dónde estaba para entretenerme en averiguar cómo llegar a casa y olvidar en pensar en ese terrible momento. Y no sólo quería entretenerme por el hecho de que se hubieran pasado de lanza, sino porque esa persona concebía como non-plus-ultra a esos amigos, a esos quienes rebasaban su propia autoridad y autodeterminación para tener que soportar juegos tan estúpidos como los que hacían con su tranquilidad, con su atormentada tranquilidad.
Entonces me dije a mí mismo.
- Gabriel, "Cada persona tiene los amigos que se merece".
Y lo voy a llevar a las partes que quiero que me entiendan.
Todo mundo ha oído esa frase que dice "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece", y es muy cierta. Haré un paréntesis de esto, ya que seguramente muchos se encuentran indignados.
Seguramente muchos mencionaran que no tenemos el gobierno que nos merecemos (incluido Iñárritu), pero no podemos concebir un mejor gobierno si dentro de nuestra psique parecería que se encuentra pre-programada una especie de genética mexicana que deriva en cuanta chingadera se nos ocurra con tal de hacer entender que ESTO ES MÉXICO. La trascendencia histórica del pueblo mexicano radica en la priorización de ciertas cosas con base en las ventanas de oportunidad ("me lo voy a chingar"). Esto tan sólo es una pequeña parte de la complejidad del mexicano, ya que la vida me ha enseñado que esta persona nata en una nación como esta tiende a querer mantener el Status Quo a pesar de tener cuanta basura teórica en su cabeza. ¡Ah! y algo más, al mexicano cómo le gusta ir al extranjero para querer mostrar dos cosas 1) que él es mexicano, y 2) comportarse como si estuviera en México con el objetivo (aparente) de convertir ese lugar en un México 2 como si de él dependiera la colonización y evangelización del valemadrismo en el mundo. En suma, una cosa es el gobierno que como pueblo merecemos, y otra como persona se cree que se merezca.
Bien pues una cosa muy similar me sucedió aquel día con aquella persona, por lo que intenté averiguar algunas cosas y me di cuenta de muchas de eso observando algunos comportamientos de algunos otros conocidos.
En principio ninguna persona debería ser sujeto de burla por cualquier circunstancia, muchas veces se ha creído que las personas deberían mostrar algo que respetar, pero no es así, porque por ese pensamiento surjen muchas personas que se unen a redes sociales para publicar cosas que a nadie le importan (y que ellos mismos viven bajo la mentira, pues creen que a los demás les importa lo que publican, pero no), dejando evidencia aquí, allá, por todos lados sobre las actividades diarias, sobre sentimientos. En resumen, dejando a la vista todo lo que alguna vez, en algún momento, se consideró únicamente disponible para la individualidad, no para dejarse al descubierto. Esto puede ser peligroso porque el desarrollo mismo de la persona fue moldeado tanto hasta llegar al punto de haberse convertido en una persona no auténtica, que responde a patrones, comportamientos y actitudes que en el fondo sabe que no son de su agrado y decide que no haya marcha atrás.
Eso puede ser un problema, pero hay quienes se admiten y van a adquirir modelos de personalidad basado en la apropiación de cuestiones materiales o de gustos en específico. De entrada eso está mal.
Bien, antes de que me devié y salga con otra pendejada, al tener en cuenta que las personas no dan un poco de espacio a otra persona por el simple hecho de ser una persona hace que este mundo nos convierta un poco selectivos con nuestros amigos, lo que quiero decir es que como hay personas que de entrada sabemos que pueden ser un poco idiotas, superficiales, hijas de puta, etcétera, eso nos conduce o nos canaliza a tomar decisiones sobre quiénes pueden ser nuestros amigos y en qué grado. Y si de entrada no lo sabíamos, con el paso del tiempo podemos tomar una decisión adecuada, pero jamás podemos revertir lo que ya dejamos pasar.
Nota: Una vez que han rebasado la línea, no hay marcha atrás, la gente es como los peones del ajedrez, van únicamente hacia el frente sin detenerse, y si no se tomaron los movimientos adecuados para detenerlos en el momento indicado, se pueden convertir en una pesadilla y no hay marcha atrás una vez que se convirtieron en lo que nosotros dejamos que se convirtieran.
¿Puedes modificar sus comportamientos?
Si no te dejaron en paz cuando lo quisiste siendo tan sólo una plática de amigos, ¿Crees que te dejarán en paz cuando vean que "te prestas" para algo totalmente indignante?
¿Crees que te harán caso?
¿Crees que te tienen respeto cuando no entienden un NO tuyo?
Si las respuestas a estas preguntas en al menos una ocasión fueron un "Sí" entonces el problema no son ellos, sino TÚ.
Muchas de esas veces lo mejor es reconsiderar esos amigos.
Por otra parte, y dejando de lado este aspecto de amigos pasados de verga, en otro enfoque hay quienes tienen amigos con una calidad de conversación muy limitada, de opiniones muy superfluas y sin el interés de averiguar un poco más o de poner a duda ciertos patrones, opiniones o circunstancias.
Hace poco tuve una conversación que recrearé en la medida de lo posible.
- Oye, Adán, ¿A que no sabes lo que me sucedió ayer?
- Dime, ¿qué sucedió?
- Pues verás, te voy a platicar, resulta que me contó ayer la maestra de mi hija que se armó el mega debate en su escuela (dicha niña tiene 5 añitos) porque una de sus amiguitas estuvo platicando sobre Dios y su existencia, por lo que me hija le decía "Yo no creo en Dios, porque yo no lo veo, no he platicado con él, mi papá es mi papá (haciendo referencia a que su padre es su padre biológico, no su padre "espiritual")" y su amiguita decía que "Pero él es tu papá, el es Dios" entonces dijo la maestra que se armó el super debate porque los demás niños se juntaron y empezaron a platicar sobre la situación, obviamente eso no podía suceder en una escuela porque es laica y las maestras intervinieron para que dejaran el tema dado que es algo muy delicado y puede herir susceptibilidades. Lo que me sacó de onda es que esa converesación dividió a las niñas (las niñas siempre habían sido muy buenas amigas, creo se reconciliaron) y cuando llegamos yo, y Susana (el nombre modificado de la mamá de la niña) su hijita me preguntó por qué no creemos en dios y pues le comenté que pues no creemos porque somos personas distintas y cada quien puede creer en lo que guste, así que también le comenté a mi hija que crea en lo que quiera, pero que no debe interferir en las opiniones de los demás, ambas niñas se quedaron con el mensaje.
- ¿En serio eso sucedió?
- Sí, pero ve, son pequeños de 5 años.
Naturalmente me pareció importante lo que me comentó porque esas conversaciones jamás podrían darse en algunas personas que conozco, y volví a decirme
- Gabriel, "Cada persona tiene los amigos que se merece".
De verdad que hay personas que no pueden confrontar una opinión, no pueden hablar de otra cosa que de caballos y de música de banda (perdón, pero lo considero horrible), y si les gusta está bien, pero dicha gente (y algunas más) se tornan tan limitados por las conversaciones con las que pueden cargar. O que en su peor caso, no puedan defender su opinión enérgicamente, que eso es peligroso.
Muchas veces debemos reconsiderar algunas cosas, reinventarlas o tomar un rumbo distinto, pero dése cuenta por lo que lo rodea y pregúntese si tiene los amigos que se merece (incluyendo a los de Facebook si quiere).
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