martes, 14 de octubre de 2014

Hazme un paro

"Hazme un paro y no hagas paro"

La máxima de muchos estudiantes.

La situación de las escuelas pública siempre gira en torno a la pertenencia que siente el estudiantado con su institución, tan a ese nivel se llega que cuando se cometen injusticias a nivel nacional se recurre al denominado "paro de labores" por un determinado período, el estudiante que apoya (y aún más) el que participa utiliza cierta medida como medio de expresión ante su inconformidad, pero este tipo de situaciones siempre dividen a la opinión estudiantil.

¿Por qué un paro?

No quiero meterme en ideologías políticas, no quiero mostrarme adoctrinado por pensamientos ajenos a mi verdadero círculo social, pero este tipo de situaciones siempre despiertan las opiniones de todos los alumnos (tan así que uno está escribiendo precisamente sobre ello), las opiniones no pueden consolidarse porque no se puede hacer la mitad de un paro de labores.

Por una parte están quienes tienen la opinión en contra, que a mi punto de vista es muy burocrática (sin ofender a mis queridos amigos que están en contra y que por su forma de pensar seguirán siendo mis amigos), muchos ponen como escudo el argumento de los procesos administrativos, el decir "Pa' qué pitos querrían un paro si así no se solucionan las cosas", están también los disciplinados, quienes al pie de la letra siguen las instrucciones y que por haberlo hecho así toda su vida un paro significa el poder satanizar una acción como ésta, el argumento base es "pinches changos sin qué hacer, chairos, ineptos, irresponsables, la Universidad no es tuya, no decidas por todos, sólo es tu pretexto para echar la hueva y para robar", éste es un punto muy débil y muy amplio que discutir ante las categorías estudiantiles, los modos de pensar y de actuar, siguiendo con los ejemplos, están los elitistas que al estar informados de los motivos del paro no creen que sea la solución ante dichas "injusticias".

Por la otra parte están quienes tienen la opinión a favor, quienes en su gran mayoría tienen dicha opinión por la ausencia de labores y de entrega de trabajos, también están los que apoyan la causa dando ya sea alimentos, artículos de limpieza o simplemente apoyo moral, quienes se catalogan como inconformes sociales y apoyan a los estudiantes (a confirmación) así como los participantes del paro de labores.

Pues bien, el tema es muy amplio y lo abarcaré lo más cronológicamente posible. El año pasado ocurrió un paro de menos de 48 horas en la Universidad donde (todavía) estudio. Ciertamente tengo varios amigos, y ciertamente muchos de ellos son de diferentes opiniones a la mía, pero conocía una persona que (al igual que muchos otros estudiantes) se saltaba las clases con toda la libertad disponible, dicho compañero tiene ideas muy en contra a las que podría tener una persona dispuesta a hacer un paro, incluso pensaba esta persona en cometer genocidio en situaciones que no podría tolerar, cuando ocurrió un paro el año pasado armó un escándalo usando el discurso de "Yo voy a la escuela a estudiar, no me quiten mis derechos", sí, acertadamente, sin embargo, el exceso de faltas en diferentes horarios (véase valemadrismo) no era acorde a dicha satanización, aún así dicho paro fue corto, no fue una eternidad y varios estudiantes hacían un escándalo como si el mundo fuese a acabarse (como si no conocieran a las escuelas públicas).

El problema no está en (lo que parece en este post) defender el paro de labores, el problema está en las contradicciones de los estudiantes que sólo por querer chingar a la persona con ideas diferentes a la suya. Obviamente este argumento se queda limitado por no considerar otras situaciones, como las de los estudiantes que sí asisten y toman con gusto sus clases, que dependen de un trámite, incluso, en las posibilidades que existen sobre las acciones delictivas que puedan cometerse dentro de una institución al momento de cometerse un paro de labores como lo es el robo, saqueo, toma de salones, etc.

Y para esto quiero determinar mi argumento con respecto a lo que se entiende por Justicia, no sólo en el entendido del respeto al Estado de Derecho que si bien al llevarse a cabo no garantiza el bienestar de todos, como lo marcaría la misma doctrina, NO. El respeto al Estado de Derecho no es la Justicia, la justicia es un concepto que es tan amplio que podría abarcar la diferencia estre lo público y lo privado, la libertad y el sometimiento, la autonomía y la dependencia, la justicia es lo que le corresponde a cada uno por el simple hecho de ser.

El problema radica cuando esa categorización se baja a un país como México donde la concepción de justicia se limita al ojo por ojo, diente por diente, algo donde si bien en este país este Estado de Derecho se ha visto rebasado por organizaciones delictivas, parece que han estado usando a su manera ciertos sectores sociales lo que se conoce como La fórmula de Radbruch, la cual dice (por ejemplo) que aunque una ley marque como legal una práctica tan ilegítima como el genocidio, la sociedad tiene el "derecho" (entrecomillado porque ese derecho no es legal, mas bien es como un valor moral en defensa de ciertos principios) de sublevarse para ejercer presión y echar para atrás las injusticias.

Y es que eso es lo que pasa en México, que si mis derechos no se ven defendidos, los defenderé a mi manera, sin importar el costo que signifique. El caso más claro son las manifestaciones, si nos detenemos a pensar curiosamente sobre las etiquetas, los insultos, etcétera, quedan al mismo nivel que a las personas que participan en un paro, sin embargo, yo considero que las personas que se manifiestan (en su gran mayoría) lo hacen porque sus mismos derechos no se ven defendidos. Un profesor decía que no entendía el uso de las calles para bloquearlas y manifestarse si existían medidas legales de las cuales podrían hacerse uso y hacer valer sus derechos, pero...

¿Los padres de los niños quemados de la guardería ABC viven tranquilos?

No quiero citar más ejemplos porque tengo un chingo de tarea y este ejemplo es para mí el más claro de cómo no se pueden cumplir los derechos o hacer valer justicia cuando aún así se han recurrido a manifestaciones, en ese caso ¿A qué se puede recurrir?

Y para el caso de los paros es igual, si bien es un mensaje de inconformidad que "no sirve para nada" ¿Qué recurso tienen si las instituciones muchas veces quedan estancadas?

También hay que tener muy presente las contradicciones por los dos bandos, es decir, que si bien puedo ser un estudiante que no entra a clases, pero que soy de ultra derecha y cuando hacen paro hago un escándalo, insultando y demás, existe la posibilidad de ser un "chairo" que haga uso del discurso revolucionario para satisfacer necesidades personales o intereses, donde puedo hacer de la escuela un bar y echarme unos tragos y coger con mi novia, ambos bandos tienen cola que les pisen, y digo esto porque en el paro de hace un año vi a uno de mis compañeros de CCH, tras pasar el tiempo (el paro fue en septiembre y cuando lo vi fue más o menos febrero de este año) le pregunté sobre sus motivos de haber participado en un paro si él era un simple estudiante de arquitectura sin interés en la toma de decisiones a nivel nacional ni mucho menos a nivel escolar y que participaba en el equipo de Futbol Americano de la escuela. Su respuesta se limitó a contarme sobre tratos con un profesor para participar con él y recibir X calificación, no sé si sea cierto, pero la verdad es que dudo que todos quienes participan compartan las mismas opiniones.

Y el peligro está cerca cuando puedes cometer un paro de labores y te amenazan personas en tu casa con pistolas diciéndote que no cometas un paro dentro de las instalaciones del IPN (caso verídico y confirmable)

Entonces... ¿De qué lado se puede estar contento?

Unos dicen que no se tomen decisiones en nombre de toda la escuela, pero otros dicen que se toman decisiones en nombre de todo un país.

Desde donde yo lo veo, hacer un paro es tan peligroso para quien sólo es utilizado como carne de cañón como es una catapulta para quien puede delatar y recibir granes beneficios por hacer uso de una gran boca.

Y este tema no sólo se limita a la actividad de labores, sino se puede alcanzar a la pena de muerte, al debate sobre el voto universal, la educación si debe ser pública o privada y la libertad de expresión.


Fuente: cinismoilustrado.com

domingo, 12 de octubre de 2014

La sociedad de los bloggeros muertos

Hoy vengo para escribir y que me lean, para que hagan comentarios reconfortantes, de hecho, vengo para escribirles y mostrarles en sus caras que me encanta escribir y que necesito que ustedes me lean porque sus falsos comentarios me harán sentir bien. No están aquí por gusto, están aquí porque yo les he dicho que vengan, porque es necesario que sepan que soy un escritor poco valorado que pasa desapercibido en las calles, en el metro, en una foto, flitrado en una entrevista.
De hecho, mi psique está divida en 2 partes en este momento. Una que está sometida a tu lectura y la segunda que intenta procesar información para un proyecto de investigación que de igual manera, vendo mi texto para convencer sobre mis hipótesis basado en mi metodología.

Vengo a ustedes para responder todos y cada uno de sus comentarios gratificantes, comentarios que no salen de lo convencional y que es una larga cadena de convencionalidades, es decir; tras un texto pobre, comentarios pobres y después respuestas pobres y que por ser gratificantes no hacen que pueda reforzar lo que está débil. Cabe recordar que dichos comentarios son de la siguiente naturaleza:


¡Metacognición! ¡Filosofiando! ¡Dentro de un subyacente total!


Todo esto porque tengo que hacerles saber que la estoy pasando de la chingada, que cada vez que escribo es un grito forzado de desesperación para que comprendan mi dolor, tengan paradójicamente compasión de mí y mis textos tengan validez universal (o al menos para ti), y para comprobar mi dolor, añadiré imágenes del Guasón, aunque prefiero las fotos editadas de una persona con gabardina bajo un faro en una calle cubierta por la noche acompañada de una lluvia.

Vengo porque los paradigmas ya no me alcanzan y necesito proponer tras mis decadentes lecturas (cosa que se ve ahora mismo en el uso del lenguaje de este texto). Además, he tenido la sensación de que en algún sueño (tendría que buscarlo en mi memoria) tuve una conversación con algún templo literario, tan así que me pondría a un nivel como Shakespeare, que no me importaría si me compararán con un Nobel. Así, para mantenerme en cautela sobre un posible ataque hacia dicho templo, defenderlo y parecer defenderme a mí mismo por ser de su categoría.

Mis fans están comprados, de hecho, los obligo a que me lean enviándoles directamente mis más recientes publicaciones, así me mantendré seguro y recibiré las mismas críticas: así estoy en mi zona de confort creyendo estar creciendo personal e intelectualmente.


Naaaaaah, la neta no.

La neta chavos, es que no sé porqué si son tantos los escritores que postean y etiquetan en Facebook porqué no se dan un balazo. Además, escriben en notas de Facebook.

La verdad es que hay chavos que escriben más de lo que su intelecto les permite (si el caso también me queda para mí, ni modo), pero andar enviando los textos para recibir lo mismo debe ser deprimente, cabe recordar que la gran parte de estos eruditos cibernéticos inician sus textos con:

Hoy me encuentro entre dos vanales decisiones que derivan en una burocracia cósmica.

Si prestamos atención, es evidente que siempre inician ubicándose en el tiempo y en el espacio, lo cagado de estos compas, es que su ubicación geográfica (o lo que su re chingadamadre sea) es una metáfora. Es por ello que vengo a darles tips para ser un snob literario y aprender a ubicarse mezclando sus sentimientos y su país (que si eres de Latinoamerica como yo, basta decir el nombre de donde vives y sabremos todos que vives de la chingada), atención, las mejores ubicaciones son:

  • Un huracán: Dícese del tormento que provoca una situación. ej: Me encuentro en el ojo del huracán por lo que callas y lo que dices. Traducción: ¡Me caga que no me constestes los pinches WhatsApp cuando te hablo, y cuando me contestas me dices "Ah... ok", has de andar de pinche puta con todos, estoy que me lleva la chingada por ti! (cabe recordar que el tormento es porque existe la posibilidad de que todos se tiren a la morra en cuestión, menos quien escribe dichas eruditas palabras)
  • En las nubes: Aquí la ambigüedad se encuentra cuando el contexto se da. ej: Estando en las nubes tras el día de hoy. Traducción: Hoy sí la pasé super bien (no contextualizaré más, has volar tu imaginación, puto). ej. 2: Volando en las nubes cognitivas de mi ser. Traducción: Hoy me puse hasta el pito con esa mota que trajo el jeringas.
  • Entre la espada y la pared: Un dilema moral, no complejizaré porque la neta no le veo caso
Bien, la verdad es que no me quiero detener mucho en este contexto de la ubicación metageográfica del ser, tengo un chingo de tarea, un proyecto de investigación (el preámbulo a la maldita tésis) y quiero desestresarme cotorreando a estos compas para después hacer lo que se suponde debo hacer.

Quiero terminar diciendo que si bien hay compas que hacen un uso chingón del lenguaje en poesía, la neta es que hay varios que sí se les da, pero generalmente quienes se echan flores o casi casi obligan a sus (generalmente) amigas a aventarles flores son los que me provocan facepalms.

Bien, la neta la velocidad a la que escribí esto debió haber sido canalizada para terminar mi trabajo, pero pues qué chingados, la neta es que me topé con una persona que etiquetó a su amiga y valió madre la cosa. Si deseas dejar algún pensamiento trascendental, hazlo en este post, haremos un club llamado la sociedad de los bloggeros muertos. Tengo la intuición de que me van a mentar la madre algunos conocidos.

Este compa también tenía su corazoncito

sábado, 4 de octubre de 2014

Carajo

Querido Carajo.
¿Has tenido la sensación de tener una especie de cruda moral que te corroe cuando estás haciendo-nada?
¡Pues yo sí!
Y ¡ah pero qué tremenda cruda tengo!
Es un mal que no me deja pensar de manera armónica cuando camino,
cuando pienso en ti como un panóptico omnipresente, omnisciente y omnipotente que siempre me pone en el umbral en donde debo tomar una decisión y que estás a la espera de mis palabras para encontrarme con las tuyas: una emboscada que me hace gritar tu nombre; cuando viajo en el metro y veo a ese niño drogándose en el mismo vagón donde viajo yo, en serio, miserable niño, no tenía más de 10 años y hacía que todo el vagón oliera a "mona" aún viéndose tan tierno. Estaba yo sentado a espaldas de él escuchando música, y sorpresivamente tuve la sensación de haber olido ese activo, y por alguna razón reaccioné acorde a la situación de que al ser humano siempre le gusta el morbo, es decir; saber de dónde vienen las cosas, si es que sucede un accidente saber dónde quedaron los brazos, donde quedó la cabeza y sí fuere mejor conservarla en foto ¡Qué mejor! para así satisfacerse de algo que no había necesidad de satisfacer, lo mismo ocurrió con ese olor, pero para esto quiero detenerme en los códigos de conducta del metro.
¡Estoy de vuelta! Y sí, sé que he escrito cosas muy distintas a las anteriores, pero ¡Carajo! en dos años no se puede estar en el mismo rol.
Si bien la vida en el metro es una lucha interminable... ¿Cuántas historias podrías contar de ese bello inframundo? Así es carajo, innumerables historias, desde aquellos fajes sin pudor de terceros contra los encuentros de amores verdaderos o rompimientos; aquellas veces donde el vagón se convierte en sanitario (en cualesquiera de sus niveles); aquellas madrizas marca barrio contra las peleas a puño limpio en hora pico dentro del vagón, aquellas discusiones verbales contrarreloj por ganar antes de llegar al destino, las canciones tocadas, los discursos falsos, los raros que venden dulces, los San Juditas tamaño real, los suicidios, los asesinatos, las maletas con cuerpos descuartizados, los incendios, en fin: los discursos, las identidades.
Pero en el metro sucede lo preocupante mi estimado Carajo. En ese lugar se cocina la sociedad, más bien, es el perfecto muestreo del clásico mexicano ¿Por qué? Bien, suponiendo que estoy en un vagón (y como en cada vagón) hay una diversidad de criaturas más amplia que la que tiene todo México en cuestión de reptiles y con un ecosistema con microclima natural integrado siendo sábado al mediodía donde en ese vagón va un joven CRUDÍSIMO (que a diferencia de mí, él lo está tanto moralmente como físicamente) y se le ocurre visitar al señor monstruo existen varias opciones, pero me limito a poner 2.
  1. Que una señora con rizos, cabello corto, con un mandil, una bolsa de mandado, habitante de una colonia popular (¿Por qué pienso en Azcapotzalco?) y de volúmenes corporales cariñosos se le acerque al joven hijo de puta y le diga "Se siente bien joven" para empezar con una operación de rescate. O...
  2. Que todos hagan caso omiso, con las características que engloban a la frase "Me vale madres", "No es mi pedo", algo que ridícula y acertadamente se le conocen como Los mantras mexicanos ante lo cual tenemos que recurrir a la analogía, a la asociación de ideas, o a la etimología popular, esto es, a procesos psicológicos para encontrar la clave de enigma y explicar el valemadrismo.
Yo pensaría que sucedería la opción 2, tantas veces me ha tocado ver cómo gente comete acciones que en la calle no se harían y que en el metro pasan desapercibidas. Aunque suene como someterse al ámbito moral pero en algunas situaciones se vale decirles "Ten tantita madre y no te pases de lanza"
Y esto sucedía en el metro, la gente dejaba un cacho de su vida en cada estación conforme el tren avanzaba y hacía caso omiso mientras el niño ganaba un cacho de vida conforme inhalaba su mano que agarraba un algodón con activo, este niño conocía los códigos de conducta del metro y lo hacía junto a una señora. Al percibir ese olor creí que era producto de mi cruda, pero no, tuve que girar mi cabeza hasta encontrar al responsable y como todos somos víctimas de etiquetas determinadas por la sociedad yo estaba buscando un limpiaparabrisas con tonalidad morena, una playera del América desgarrada, cabello desordenado, etcétera, giré un par de veces hasta que vi al niño. Lo vi, me vio, no nos dijimos nada, fueron de esos momentos donde la mirada habla (cedes el paso a la comunicación no verbal), aunque es incómodo mantener la cabeza girada me mantuve, todo culminó con su tierna mirada hacia mí cuando cínica y graciosamente se llevó su mano a su nariz. Vamos Carajo, sé que puedes decirme qué fue lo que dijo ese niño al momento de hacer eso.
Si ese niño seguirá así, la verdad es que no me importa, aunque en su momento alivió mi cruda, dibujó una sonrisa en mi rostro... y me sentí mejor.

Pero vaya cruda que me ha durado por años, años en donde he curado este mal con su causa y así regreso y vuelvo al método, método que no me permite diferenciar entre lo válido e inválido.

Lo mismo que me ha durado esta cruda es lo mismo que ha durado mi libertad desde que regresé de aquel viaje, no quiero despedirme de este lugar, pero quizá sea momento de regresar a esa faceta que me deja sedado, que me hace sentir confortablemente estúpido. El tiempo me dará la razón, lo sé. Quizá estoy al borde una buena decisión o de una traición.

La posdata más larga de todas


En el entendido de lo que acabo de contarte ¿Qué importancia entonces tendrían los códigos de los que acabo de mencionar?
Independientemente de su validez, es decir, si no tan sólo una idea estúpida, estoy seguro que las conductas corresponden a una sociedad en especial, que para efectos de lo que te hablo, que en este caso es México.
Lo preocupante no sólo radica en lo que escribí con respecto a la indiferencia de lo que sucede en (este caso) el metro (que repercutiría en niveles mayores), sino que en esta ciudad subterránea hay niveles de desigualdad increíbles. Cada día es más frecuente ver cómo las personas que viajan en metro traen consigo smartphones, entiendo que la tecnología avanza, pero ¿Habría necesidad de cargar con uno para corresponder a un estrato en específico?

Para no complicarme la vida e intentar teorizar (a lo cual siempre fallo en el intento) pongamos la siguiente situación.

Imagino (Carajo) que te ha tocado ver (siguiendo el ejemplo del metro) personas con grandes posesiones (llámese tecnológicas, deportivas, etcétera), y que te ha tocado ver personas con intentos de grandes posesiones y que intentan corresponder a clichés ajenos de ellos mismos; esto en la cultura popular se le conoce como Esnobs.

Ojo, no estoy pretendiendo que por vivir en una colonia popular eso signifique que se debería vivir así por siempre, es decir; serle fiel a las conductas que se conocieron al nacer sin salir del círculo. A veces eso también es deplorable.

A lo que me refiero es al hecho de lo deplorable que es ver Esnobs actuar en el metro, es decir, gente que recurre a discursos ajenos para despreciar a sus similares, pero que desde afuera es visible que están despreciándose a ellos mismos.


Pregunta: ¿Cómo hacen los bistecitos?
Respuesta: Tssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss


Así las cosas hasta ahora mi buen. Así solía ser en el barrio, así eran las conductas, ahora son las mismas maquilladas de la peor manera: las personas que no tienen nada que perder (como una señora que vi cargando un pedazo de pavimento ¿POR QUÉ CARAJOS UNA PERSONA LLEVARÍA UN PEDAZO DE PAVIMENTO A CASA?). No debería haber desprecio absoluto hacia las personas. Y el ser Esnob ¿No crees que sería una forma de despreciar personas con justificaciones vanales?
Sin embargo, considero que una aportación de estas personas que no tienen nada que perder es el lenguaje derivado de la libertad de expresión. Y considero lo que ya había tocado en otro post con respecto a "los ritos" y "los discursos".


  • Los tachadísimos "Chakas" (que si bien existen varias opiniones para atacarlos) habría que prestar atención en su forma de vestir y actuar; es decir, ver sus ritos (no visto en el ámbito religioso) que llevan a cabo.
  • Los homosexuales, que tienen una resistencia al poder con sus ritos.
  • Los mismos graffitis
  • Las calles, porque si bien dentro del estudio de lo que se podría llamar la psicología política de la cultura cotidiana el ordenamiento de las calles de una ciudad refleja el tipo de sociedad y entonces tendríamos que pensar sobre dicho orden dentro de nuestro entorno y compararlo con respecto a otras sociedades donde inclusive los centro de reunión o de ágora juegan otro papel para averiguar cómo la democracia se esparce en toda la región partiendo de la ubicación de dicha ágora.
  • El mismo lenguaje, donde se hace uso de palabras relacionadas a la sexualidad como Padre, Madre y los miembros genitales para expresarse, es decir, el sustituir expresiones como el "La vida no me importa" en un "Me vale verga", de un "Soy una eminencia" en un "Soy una verga", de "Qué bonito" en "Qué padre" contra un "Chinga tu madre". Y deteniéndome un poco en este punto, quiero hacer 2 apreciaciones, la primera donde parecería que el uso del lenguaje se limita muchas veces al presente, donde si hablo de lo que haré mañana, lo digo como "Mañana voy a tu casa", considero que esto es perjudicial porque trae consigo la forma de ver el mundo; es decir, no salir del presente, y la otra apreciación va relacionada a la ambigüedad que trae consigo el uso de expresiones altisonantes, y te pregunto ¿Qué expresión formal y que sea muy acertada darías a la expresión "te pasaste de verga"? Rayos, intenté pensar en tanto y lo que se me ocurrió fue un "Fuiste muy duro", pero no engloba el carácter tan amplio que tiene dicha expresión cultural, quizá sea algo parecido a la palabra saudade en portugués (la cual incluso ha sido estudiada filológicamente) que no puede ser traducida de manera acertada a algún otro idioma. Este tipo de ambigüedades las encuentro en el uso de la palabra Madre, la cual es usada como adjetivo, verbo y sustantivo, ej. respectivos: Madreado, madrear y el "chinga tu madre". Y similitud de el "te pasaste de verga" con "Madre" es que su uso puede significar cosas opuestas dependiendo de cómo se use. Todo esto repercute en etiquetas que son objeto de discriminación.
  • La comida; el caso que se me ocurre es la feijoada en Brasil, donde su origen es totalmente popular, es decir, se cocinaba entre esclavos negros, pero que ahora es servido a manera que su origen quedó perdido, es servido como un platillo caro.

La problemática (que no pienso responder aquí) la encuentro cuando las contradicciones salen a la luz y para esto me llevo a todos al bolsillo. TODOS hasta yo, Carajo. Las contradicciones que se dan en la Universidad donde estudio por parte de los estudiantes al discriminar a sus semejantes con la única diferencia que tienen los otros es de no haber sido aceptados en una escuela pública a lo cual considero (al menos dentro de la UNAM) que es producto de una estúpida*100^199 identidad que resulta en apoyar a los PUMAS, borregar Goyas, sacar los peores mames a la Universidad y colgarse medallas ajenas sólo por el hecho de "pertenecer", todo esto cuando dicen ver por los demás.


José, tus chamacos cósmicos cayeron en tu trampa

Bueno, tras comentar lo que me caga y las contradicciones ¿Qué solución pondrías para disminuir los índices de pobreza y desigualdad? ¿Matarlos o vender a los niños pobres como lo propone Jonathan Swift en "Una modesta proposición"? inteligentemente, la tecnología y los recursos que parecerían estar al alcance de personas con grandes posesiones ya están al alcance de todos, esto ayuda a mover la economía, los pobres son los motores de la economía y por ende son necesarios, es necesario tener pobres ¿Quieres discutir sobre eso? Imagina que todos tuvieran empleo; el sistema se colapsaría, en este mundo no hay cupo para chaquetas mentales, este es el pequeño mundo/inferno grande donde nos tocó vivir. Las víctimas las vemos todos los días en nuestro andar y el darse cuenta es difícil. No solamente está sujeto al alcance tecnológico lo que digo, sino a las trampas que hacen (por ejemplo) los partidos políticos al llevar grupos a tocar en municipios y que no deberían llevar porque sus mensajes son de "rebeldía", o en conciertos donde se mienta la madre al duopolio televisivo cuando esos eventos son generados por ese poder.

Así la situación mi querido Carajo, y te podría mencionar 1000 y un casos de gente que mataría (en este post, matar significa pagar aproximadamente $2000) por ir a un concierto para ver un artista con el argumento de que valdrá la pena, y quizá sí, pero el costo real de eso no sólo se traduce en dinero, sino en otorgar poder a quien quizá se deteste.
En fin, me despido mi buen Carajo, fue un gusto haber platicado contigo no sin decir dos cosas:
  1. Con todo este panorama, mis sueños ya no parecen tan tenebrosos, y
  2. Feliz cumpleaños :)