Siguiendo con la línea discursiva de algunos posts anteriores, los cuales parecen ser un intento del resurgimiento del autor de este blog en sus años tempranos donde se quejaba de todo, me gustaría hablar de la compañía y el ego.
Antes de empezar, es necesario tener bien en consideración lo siguiente:
1. Para nada esto significa algún tipo de indirecta. Este blog es totalmente producto de un proceso de análisis de varios pensamientos los cuales derivan en un post.
2. Tampoco es necesario tomárselo tan en serio. Todo sujeto a crítica.
3. No tengo nada contra de las mascotas o algún tipo de animal en específico. Eso es lo más importante.
Aclarado esto. Empecemos.
La compañía de mi mejor amigo.
Es común observar en redes sociales posts o publicaciones enfocadas al amor incondicional que una mascota (principalmente sucede esto con los perros) tienen hacia su dueño, DUEÑO, sí. No mamá o papá.
Voy a parafrasear algunas publicaciones de lo anterior:
1. "Tú vales más que cualquier otra persona"
2. La muerte de mi mascota es insuperable. Jamás lo olvidaré.
3. Me voy a tatuar la pata de mi mascota.
Me parece un poco alarmante principalmente la primera. Cuando las leía por primeras veces me quedaba pensando porqué la gente tiene ese tipo de pensamientos hacia un animal que, obviamente, no tiene conciencia (conciencia no es igual a sentimientos, los cuales sí tienen). Y tras un tiempo he llegado a las siguientes conclusiones: La gente que considera a su perro como lo más valioso en su vida (por encima de su familia, dado que incluso eso es motivo para evitar tener hijas o hijos) refleja lo egoísta que son. Obviamente una persona egoísta le va a encantar sentirse amada todo el tiempo, un perro va a generar dependencia hacia la persona que lo alimenta o lo cuida y quiere. No tiene conciencia para tomar sus propias decisiones (como los humanos sí lo tienen al momento de decir "no" de último momento y cancelar una cita o simplemente no contestar un mensaje, porque están ocupados comiendo, descansando, trabajando, teniendo SU PROPIA VIDA), un perro carece y carecerá de una vida independiente, porque está condicionado a generar dependencia a su dueño. Por eso es importante emplear ese término, Dueño o Dueña. Un perro no dirá "verga, qué hueva darle la patita o ver películas con este we, voy a darme un rol al barrio a ver qué me encuentro" o "puf, tengo hambre, deberé salir a buscar mi propio alimento". Obviamente no, todo se lo da su propio dueño.
Entonces, honestamente pienso que, si estas personas se entregan tanto a ese animal, es porque nunca tuvieron de mascota a una persona que estuviera junto a ellas 24/7. Eso lo encontraron en ese animal. Sea un perro, gato, cuyo o lo que sea.
Es importante mencionar que estoy hablando de esos casos extremos. Todos generamos cariño a cosas no humanas, incluso objetos inanimados. Yo tengo apego a ciertas cosas totalmente inanimadas, muertas, a comparación de un animal, objetos literalmente.
Todos generamos cierto cariño a cosas que nos detonan un sentimiento.
Sin embargo, siempre he considerado que una parte fundamental de nuestras vidas es la interacción humana, la socialización, pues nos ayuda a entender los valores reales que tienen esas relaciones en nuestras vidas. Siendo realistas, un animal debería considerarse un complemento de nuestras vidas. No al nivel de la formación de una familia.
En razón de lo anterior, me parece preocupante la idealización de un animal al punto de considerarlo la relación más importante que tienen. Pues el animal no puede asimilar esa conexión de la misma manera, al menos de manera consciente. Sé que suena duro, pero para mí ese nivel de apego es un reflejo de la intolerancia de nuestra persona en cuestión a que sus relaciones humanas sean independientes, pues bastará con una sola vez que su amiga/amigo le diga "no, no puedo ir a tu fiesta" para que esta persona se sienta traicionado, triste. Es por eso que lo mejor siempre será tener a alguien 24/7. Un amigo incondicional. Eso me parece alarmante. Porque esas personas saben que ni siquiera un hijo es así, existe un punto donde el infante crecerá y buscará su propia identidad y será consciente de su individualidad. Salvo que se convierta en un madre/padre sobreprotector.
Un perro no será independiente y por obvias razones generará ese apego a su dueño, y ese apego es lo que al dueño le generará satisfacción. El dueño está claramente confundiendo amistad con lealtad, una amistad se basa en entender individualidades, la lealtad es una moneda de cambio, en el caso del perro la moneda que da es el apego porque sabe que sin su dueño no come, no duerme, no tiene una vida. No es una amistad en sentido estricto. No es un producto consciente de amistad.
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