lunes, 23 de octubre de 2017

No es más que basura pictórica

Actualmente muchos conocen la página de Facebook de "Pictoline", pero son pocos quienes conocieron desde sus inicios al antecedente de Pictoline, estamos hablando precisamente de ese blog llamado El Espíritu de los Cínicos. Sí, quizá ya haya hecho mención de algunos de sus post en entradas mías y las veces que lo he hecho he dado los créditos correspondientes.
Este blog contenía una variedad de ilustraciones con un muy ingenioso sentido del humor, además de que este tipo solía escribir muy bien (me leí todito su blog y de verdad representaba para mí este blog un liderazgo de opinión).
Agradezco demasiado al crustáceo (que por cierto, el muy mierda me terminó borrando de Facebook... Sí, mi mejor amigo del CCH) porque gracias a ese cabrón, haber leído su blog (véase la lista de "Los blogs que sigo" con "Literatura basura") y el de El Espíritu de los Cínicos (2008 y 2010 respectivamente por cada blog) fue como nació este bello blog allá en el año 2012 que ha cambiado de nombre repetidas veces.
Lo invitó a darse una vuelta en esos dos blogs, actualmente El Espíritu de los Cínicos ya no es lo que antes era pues mucho contenido lo han borrado, y las entradas con texto y opiniones ya desaparecieron, pero pueden ver la página de Facebook y ver el contenido visual que sigue existiendo. También lo invito a darse una vuelta al blog del crustáceo y dejarle una mentada de madre. Sí, chinga tu madre, Cangrejo.
La cultura del Blog es algo bien chido, he leído bastantes blogs y me han gustado: los dos antes mencionados, El Club de la Paja, Me lo susurró mientras dormía (que por cierto se convirtió en un blog privado. También chinga tu madre, Jaime. Digo. Eres un gilipollas, Jaime), EKO, y muchos Blogs que stalkeaba en CCH de compañeros.
Yo sigo con la cultura del blog aunque veo que muchos lo han dejado. Si gustas dejarme tu blog, con gusto lo leeré. Ánimo, no tengas miedo y da a conocer tus ideas, maldita sea.
Ahora ¿por qué escribo esto?
Bien, me encontré esta imagen y recordé que estaba en el Blog de El Espíritu de los Cínicos, así que la recuperé para ponerla aquí:
En esta casa somos blogueros. No aceptamos propaganda de otras redes sociales. El Feed sagrado bendiga este hogar. Un mensaje del Monseñor Salles.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Quinto año del quinto círculo

Así es, estimados lectores. Hoy son 5 años de su blog favorito. Y para festejarlo, les anticiparé historias que usted encontrará próximamente. Estas historias he querido escribirlas pues he considerado este espacio una especie de libro de memorias dado que (como es natural) las cosas que escribo son producto de mi personalidad, por lo que las historias que serán expuestas aquí las encontrará usted de manera íntegra, tal y como las recuerdo, serán 3 historias que son vivencias de años muy diferentes, una nos remonta a los años 2010-2011 con un concierto, el otro nos lleva a un año y fracción después alrededor de octubre o noviembre de 2012 con un viaje que realicé cuando era estudiante y fui a Guanajuato, donde curiosamente coincide más o menos con la creación de este espacio literario experimental y por último tendremos una lectura de una serie de acontecimientos muy recientes, una historia hecha a manera de analogía de una realidad que viví en el año 2016. Asimismo tendremos un post que estoy preparando desde tiempo atrás y que me emociona mucho elaborar, pero saldrá a luz en vísperas de cuando se formen los equipos de acudirán al mundial de Rusia 2018.

Cada una de esas historias son muy diferentes de sí y desde hace mucho tiempo he querido escribirlas y este año es el bueno, no debo dejar pasar esta oportunidad. Festejamos 5 años de este blog dando esa noticia: la llegada de buenas historias. Y estoy seguro que no se arrepentirán porque de verdad son historias sumamente geniales, además, se cruzan con historias previamente contadas en este blog.

También sé que hace mucho tiempo no hablo a manera artículo pseudoperiodístico o de análisis, hace tiempo no escribo sobre fenónemos sociales, artísticos o algo similar, lo sé, pero creo que escribir las historias no está tan mal.

Pero lo que es importante mencionar es que este espacio ha sido muy benéfico para mí en muchos sentidos, en estos 5 años el blog  ha sido parte del proceso de introspección que he tenido de tiempo atrás y que me ha ayudado a encontrar mis objetivos y saber ubicarme, un proceso de purificación, también me ha ayudado a saber utilizar un poquito mejor las reglas de puntuación y acentuación así como de redacción (aunque cabe mencionar que todavía no estoy satisfecho, pienso que me hace falta mucho más), y por lo tanto eso me ha ayudado a hacer mejores ensayos y saber escribir mi propia tesis.

En el proceso de escribir en este blog les puedo decir que ciertamente hay post que yo quisiera eliminar por siempre, o quizá desear no haberlos escrito, pero desde el momento en que empecé a desear eso (que en algunos casos sucedió al momento de leer el post recién publicado) asumí que eso jamás debía suceder, ya lo publicado, publicado está. Punto. Al final eso me servirá para exigirme en los siguientes post y tener un avance, además, ese conjunto de letras al final formó parte de mí ¿cómo iba yo a desear eliminar algo que fue producto de mí? Por dicha razón es que no borraré jamás algún post, además, espero tener un buen post para cuando lleguemos al número 100 (este es el número 70). 

Si todo sale bien, y con base en estos números, al final de este año estaremos empatando la cantidad de post publicados en este espacio con los publicados en el año 2014. Es curioso, pero al parecer ese año fue muy especial, hice varias cosas, conocí cosas muy buenas y curiosamente fue el año en el cual leí más libros que en cualquier otro año y publiqué más post en este blog que en cualquier otro año. Fue como un año de mucha lucidez. Espero estén bien, les mando un afectuoso abrazo y que todo vaya bien. 

domingo, 1 de octubre de 2017

Agua en medio del desierto (II)

II
Somos una generación afortunada. Sí, nos tocaron desgracias que formamos parte de ella, cosas por las cuales nuestros padres nos reniegan que hacemos o no hacemos y que ellos ya estaban cumpliendo.

Pero dejando de un lado eso, ese día del concierto de Roger Waters en la plaza principal de la Ciudad de México fue un evento que sin duda marcó un parteaguas en mi vida, no estoy diciendo que ha sido el mejor concierto pues cada uno cumple con una particularidad que lo hace único, pero este concierto representó para mí algo excepcional por varias razones.
 
Una de ellas consiste en que fue la segunda que pude ver el evento, si bien la primera vez llegué tarde por ciertas cuestiones, esta vez pude verlo completo, el despertar de ese día y decir “Aquí vamos de nuevo”, preparar mis deberes y prepararme para salir, el traslado al lugar en cuestión, el quedarme de ver con mi amigo y platicar mientras esperábamos a alguien más, inclusive esos momentos amargos de la espera al notar un retraso considerable de quien esperábamos y que me hicieron cambiar de humor súbitamente a tal grado de querer mandar todo al diablo hizo interesante ese día, pero ¿por qué’, bien. En el momento de la espera que estábamos mi amigo y yo discutíamos cosas que los hombres solamente podemos entender, temas que me invadían la cabeza y también la suya, la espera fue eterna pues fueron algunas horas (creo que sí fueron más de 2), pero cuando al fin llegó la persona, caminamos desde metro Pino Suárez hasta la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, anteriormente ya habíamos visto pasar cientos de personas que se dirigían al mismo lugar y eso me daba coraje porque todos iban, menos yo, yo debía esperar a alguien más que no llegaba…

Cuando íbamos caminando por la calle de repente nos encontramos con una valla que nos impedía el acceso y en ese momento mi mundo estaba desmoronándose, pues mis exceptivas por ver el evento se estaban yendo, y vaya que habían varias personas que estaban en mi misma situación,  por lo que la masa, aglutinada, exigía el acceso a como diera lugar, dicha masa estaba totalmente descontrolada pues parecía que estábamos contemplando una revolución como la que se leen en los libros de historia. Fue en ese momento que decidí tomar una fotografía.
 
A la fuerza logramos el acceso y al entrar recobré mis esperanzas.
 
Había miles de personas que ya estábamos reunidas en la plaza que ya habían obstruido todos los accesos, sin embargo en cierto momentos se escuchaban aplausos y gritos de júbilo en algunos accesos, cosa que yo no entendía, hasta después, que entendí que fueron otras personas que habían logrado entrar por la fuerza y que estaban festejando su acceso con las otras personas que ya estaban dentro.
 
Como en el evento anterior no lo había visto desde el inicio, en las pantallas comenzó una proyección de la superficie de la luna que se encontraba en la sombra, es decir, era el lado oscuro de la luna y esta proyección daba inicio al concierto como tal, mismo que inicio una canción estupenda “Breathe”. Fue muy disfrutable, salvo que se siente la ausencia de Gilmour con la Slide Guitar.
 
Ese día fue fantástico porque las canciones que tocó fueron las mismas y los sentimientos también, convivir con una gran masa aglutinada en un punto hace especial ese momento pues el desorden que provoca este tipo de eventos genera en mí una especie de desinhibición que me agrada. Me gustaba ver cómo la gente disfrutaba de algo que yo ya había vivido 3 días atrás, me gustaba que expresaran sus sentimientos con Wish you were here y otras canciones.
 
Me gustó poder disfrutar de la lluvia y del solo intermedio de la canción Pigs on the wing que no había sido tocado en el primer concierto.
 
Me gustó presenciar nuevamente ese prisma de láser, el humo y el saxofón.
 
Pero sobre todo, me gustó llorar al momento de recibir como una ola de viento agresiva ese último solo de la canción de Comfortably Numb que fue antecedido cuando yo tomaba del brazo de mi amigo y me escondía en él mientras le gritaba “Ahí viene ese solo”. Me gustó haberme desgarrado mi garganta en la última parte de la canción sabiendo que sería lo último de Waters que viviría en esa semana, una despedida.
 
Fue un día memorable, pues puedo ver cómo gente mayor escucha Pink Floyd y saber que pude presenciar aun integrante tocando esas canciones. Hasta la fecha sigo sin creer que ese sueño se haya alcanzado. Fuimos testigos de uno de los mejores conciertos que esta gran ciudad jamás haya presenciado y podremos contar a nuestros nietos e hijos que presenciamos un viaje en el tiempo hasta 1975 con esas canciones. Algo irrepetible. Y que fuimos una generación dichosa y afortunada de haber visto vivos a los grandes ídolos y fundadores de todo un género musical, algo que lamentablemente no pudieron vivir ni siquiera nuestros padres o abuelos porque esos ídolos no podían venir a México dado el presidencialismo de aquellos años. Somos realmente afortunados
 
Además, fue un verdadero oasis en el desierto por la situación, emocional, laboral, personal y demás que estaba yo pasando en esos momentos. Una parte de mi sanación.
Muchas gracias por ese momento inolvidable. Muchas gracias.