Todos, TODOS, así tengas 12, 23, 30 años o más, hemos pensado una cosa:
"Cuando yo viva solo <inserte su pendejada favorita aquí>"
Y es muy cierto, mis amigos. Todos, alguna vez de nuestras vidas hemos pensado que ya no viviremos en casa de nuestros padres o tutores, hemos pensado las cosas que haríamos o que no haríamos apenas consigamos la oportunidad de vivir solos. Pero también es muy cierto que no todos tienen el coraje para hacerlo a pesar de tener todas las oportunidades a su favor, muchos de verdad no lo hacen por simple pereza, dado que les es muy cómodo encontrar comida recién hecha, la casa limpia y la ropa en su lugar, todo lo anterior a pesar de tener con los recursos suficientes.
También es cierto que muchas personas deciden ir a vivir solos por un tiempo, pero ese tiempo se ven apoyados al 100% por los padres, ya que son estudiantes y su familia se encuentra en otro estado de la república. En este caso sobra decir que la chinga para el estudiante no se ve disminuida por el apoyo de sus padres, ya que con las putizas que le pone la escuela, más hacerse de comer, lavar, planchar y demás, no es conveniente que encima deba preocuparse por conseguir un trabajo el cual deba servir para cubrir con todos esos gastos. Casos como el anterior conocí de a madres en mi vida como estudiante, y se veía que eran chingas.
Otro caso muy curioso es aquella persona que se va a vivir sola... pero a dos cuadras de la casa de sus padres. Bien, no hay mucho que decir al respecto de esta situación...
Es por esa razón que en este post escribo acerca de las cosas que pueden sucederte apenas te vas a vivir solo. ¡Aquí vamooooos!
1. Ya te afecta el precio de los alimentos
Una gran decisión implica una gran responsabilidad, y esa gran responsabilidad se refleja en desayunar todos los días viendo las noticias, y no precisamente para estar al pendiente sobre asuntos como la situación contra ISIS o un pedo así, sino para ver si ciertos alimentos suben de precio y sale dicha noticia en la tele. Y es que ya no es como antes que en tu juventud medías la inflación de tu país conforme variaba el precio de las caguamas (cervezas) o cigarros, cuando vives solo a tu canasta básica llena de vicios y devastación ya se le añadieron cosas como frutas y verduras en general (básicamente cosas que un ser humano normal y sano consume para vivir) y cuando te das cuenta de lo que cuesta la carne, neta que prefieres alimentarte de atún, papa y demás alimentos económicos con alto contenido nutrimental poniendo como excusa ese contenido nutrimental para disfrazar tu pobreza al no comprar carne. Comprar comida corrida o en puestos, puede ser una solución temporal a ese problema. Temporal
2. Lavar se convierte en un arte que te preocupa perfeccionar
Si eres de las personas que estuvieron acostumbradas a que les laven la ropa toda su vida y de repente, al irte a vivir solo, te enteras que hay un aparato muy similar a R2-D2 que puede ayudarte a lavar tu ropa y este extraño aparato se llama Lavadora, el cual tu tutor jamás te mencionó (o al menos ignoraste), pero que dicho tutor sabía manejarlo tan bien como tú sabías manejar ese Nintendo, y que además JAMÁS usaste, es cuando te das cuenta que estás en un serio serio problema. Quizá seas de las personas que no sabe que la ropa se separa dependiendo sus características como tipo de tela, color, tipo de ropa, etc. y al usar este aparato misterioso es muy posible con que te encuentres con varios tropiezos y errores que significarán el haber aprendido una muy muy muy valiosa lección, pues tu ropa podrá quedar inservible o, en el mejor de los casos, pintada/maltratada y aún así deberás usarla pues no tienes mucha ropa y deshacerte de esta significaría andar desnudo por la calle. Cosa que sé que ni tú ni nadie (en especial ese "nadie") quiere.
3. Ya no me gustan los días nublados
Continuando un poco con el punto anterior, puede que seas de ese "grupo selecto" de personas que "aman" los días lluviosos, pues bien, a partir de ahora ya le bajas a tu desmadrillo y te me pones chingón, pues los días lluviosos significarán una sola cosa apenas has empezado a vivir solo: Salir corriendo de tu cuarto, interrumpiendo tu tranquilidad y la del resto bajo un grito desgarrador que sólo sabe decir una cosa: ¡LA ROPAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Sí, amigos, es dura esa realidad. Y duele. Y vas a sufrir por cosas reales, ya no por chingaderas.
4. Extraño la comida de mi jefesita
Si es que nunca te acercaste a otro aparato aún más misterioso que la Lavadora (con L mayúscula, pues se le rinde respeto a esta maravilla del hombre) que además desprende un fuego hipnotizador de entre sus entrañas que te hace sentir como el descubridor del fuego, que te ayudará a llevar a cabo un verbo sumamente nuevo el cual es "cocinar" "CO-CI-NAR" (no, amigo, eso no viene en los libros de Filosofía), y que se llama Estufa, entonces sabrás que el hacerte de comer los primeros días significará llevar a cabo experimentos desafiantes jamás antes realizados con resultados no del todo satisfactorios, por no decir frustrantes, y dignos de aparecer en un episodio de "El mundo de Beakman" pues tu nueva actividad denominada "Hacerte de comer" te traerá más pesadillas que cuando tu chica te dice "Viejo, no me ha bajado", pues tu vida depende de ello y si no comes, mueres.
Con el tiempo es posible que aprendas a hacerte de comer, pero querrás igualar cierto sabor al cual ya estabas acostumbrado, pero será muy difícil que puedas lograrlo, deberás aprender a vivir así mientras logras el objetivo: Cocinar como tu jefesita o jefesito.
5 Yo lo quiero para mí
Debes saber que a partir de ahora las películas, los noticieros, las novelas o las cosas que ves en los centros comerciales ya no las verás con los mismos ojos. Ya verás programas de debate de asuntos de interés nacional con temas como "Presidenciables hacia los comicios de 2018" y al escuchar a estos grandes intelectuales hablar sobre sus puntos de vista tú estarás sentado o sentada en esa silla de Coca-Cola o Carta Blanca de plástico color blanco, con tu mano en el mentón, semi desnudo o desnuda, con días sin haberte bañado, sin haberte rasurado o afeitado, reflexionando profundamente sobre una cosa que está atrapando tu atención de este programa televisivo semanal y nocturno, un pensamiento tan nuevo que te preguntas porqué no lo habías considerado años antes: ¿Cómo se vería ese tapete en mi sala? Estoy seguro que se vería con madre.
Así es, aquellos dispositivos nuevos que facilitan la vida, como al lavar ropa o simplemente para que tu casa se vea mejor y que veas en la televisión captarán tu atención y dirás: "Fiuuuu, necesito uno de esos".
6. ¿Ahorita que llegue a mi casa qué chingados me haré de comer?
Los experimentos culinarios no solo constituyen un problema. ¿recuerdas cuando tu mamá te preguntaba que qué querías de comer y al no saber qué contestarle o contestarle una pendejada te volteaba la cara con un chanclazo y se iba platicar con la vecinas y dentro de eso sacaban el tema de las comidas hechas días antes o en el día? Pues bien, amigo, pensar qué chingados vas a comer constituye un problema más grande para ti que el pensar si quieres una chela clara u oscura. Es sumamente complicado pensar qué chingados comer. Seguramente cuando salgas con tu pareja y vayan en el auto o transporte y te note serio y hasta cierto punto enojado y ella te diga "¿Qué tienes, mi amor? ¿Estás enojado?" seguro tú estarás pensando "wey, ¡¿qué putas madres voy a comer?! Ya basta de comer alitas y pescuesitos de la pollería, ahora sí estoy metido en un grave problema" y ante la pena de tener que responderle la penosa verdad responderás con alguna cosa tan diferente como un asunto de trabajo o inventarás una situación para distraer su mente.
7. Chingue su madre, compraré unos tamales para comer
Es elemental pensar como el rayo qué alimentos va a ingerir
tu cuerpo lleno de atole y tamales. Que por cierto, al no saber qué
comer y comprar alitas y pescuesitos es posible que aumentes un poco de peso. No es en
todos los casos, pero es posible. Esto da continuidad a los oooootros puntos anteriores sobre la comida. Y sí, amigo, es un tema delicado. Pues si no te conoces lo suficiente como para saber que todos tenemos metabolismo diferente y no conoces el ritmo del tuyo, entonces esto también podrá resultar en un problema, este problema será que te conviertas en una gran bola andante porque tu metabolismo es lento y la saturaste con alimentos muy pesados. Evítalo
8. ¡Mira, una mosca!
Está muy chido ser defensor de los animales y protegerlos, ya que constituyen parte fundamental de tu ecosistema, pero si eres lo suficientemente ingenuo como para permitir que una bola de animales pandilleros tomen tu casa como anarquistas en ciudad universitaria entonces tendrás gravísimos problemas. Aprenderás a sobrellevar una situación de toma de tu casa por cosas que creías que ni existían, pero así es la vida. La Tierra tampoco te quería ahí. Bien jugado, Tierra, bien jugado.
9. Está bien que vengan a hacer su desmadre en mi casa
Ya era hora que habláramos de temas chingones, las reuniones en tu casa. Siempre procurarás que sean lo mejor posible, que tus amigos se sientan chidos y que si hacen desmadre en tu casa no encuentras ningún problema pues es tu casa y quien manda eres tú, eres el maldito rey de la casa y eso ya no afecta. Ya puedes llegar a tu casa a la hora que gustes y quien te va a estar esperando ya no es esa pantufla ninja escondida entre la oscuridad a la espera de tu llegada, sino tu linda mascota (si es que decides tener) alegre de volverte a ver esperando jugar contigo y tu embriaguez y con uno que otro olor extraño que le provoca morderte de coraje o en también con alguna persona extraña para él. Es obvio que en este punto se desprenden todavía máaaaaaas situaciones, pues si eres un puberto crees que este punto es del único del que deberás preocuparte, pero si piensas eso dejame escribir esto riéndome y diciéndote que estás pero si bien pendejo (¡jajajaja!)
10. Ya tengo más de una ruta para llegar a mi casa
Esos días en los que tomabas metro, combi, kayak, burro y bici han quedado en el pasado, ya vives en un lugar mejor (porque no te vas a vivir a un lugar peor, eso queda claro), ya vives cerca de alguna estación de metro y el llegar ebrio a tu casa ya no es problema pues los recursos son casi ilimitados, el transporte te lo garantiza (guiña el ojo), y ese riesgo de ser asaltado por el niño que viene de comprar la leche que le encargó su madre también quedó en el pasado, ahora ya no suceden las mismas cosas y estás seguro que quizá regresar sería un error. El transporte es un gran aliado.
11. Impuestos
Las pesadillas de muchos, si cuando vivías en casa de tus padres y veías a la señora de la tanda caminar hacia tu casa te hacía sentir estrés, ahora imagínate cuando llegue a la puerta de tu casa el recibo de la luz, telefóno, internet, gas, agua, y lo más pesado (si es que te toca) la renta. Estos son los verdaderos monstruos que no querías conocer, es ahora cuando sabes que los monstruos a los que le temías cuando eras niño son pendejadas, esta es la mera vida hardcore y no chingaderas.
12. Visita de tus padres
Representará para ti la visita de tus padres a tu nuevo hogar la oportunidad para decirles con acciones algo como esto:
"¡Tómenla! Ahora soy independiente, ¿quieren una cerveza? Aquí tengo, ¿Comida? ¡JÁ! Sin problemas. ¿Quién es el inepto y vago ahora eh? ¡¿EH?!"
Y no lo lograrás.
Quien nace vago, muere vago.
Bueno, podrás mejorar ciertos hábitos, podrás aprender a valerte por ti mismo (si de verdad tienes esa convicción). Pero sí, la visita de tus padres será para ti esa oportunidad, quizá agunas veces logres el objetivo, quizá otras no cuando vean tu casa hecha un desastre, pero tus padres siempre confiarán en ti, saben que a pesar de que eres un demonio de tazmania no te dejarás morir de hambre y si ellos deciden ayudarte no te quedará de otra más que recibir esa ayuda, es una cosa muy rara con los padres y no lo entiendes porque no eres padre (quiero creer) y ese instinto no se los podrás quitar por más que digas y hagas, quizá es lo contrario a la famosa mamitis pero con los hijos, es algo como hijitis. Y sí, aunque tú digas que tus sábanas están bien a pesar de llevar puestas 3 meses, tu madre te dirá que no, que no está bien y las lavará aunque no quieras, aprovechará la mínima distracción para arreglar tu desmadrillo producto de cuanta locura realizada anteriormente.
"Mis padres son taaaaaan padres"
13. Roomies
Punto DELICADÍSIMO, es recomendable que sea con alguien con quien ya conoces sus hábitos, pues es como casarse esto de irse a vivir solo. Puedes conocer a tu amigo desde hace años, de hecho te ha tocado ver las cosas más bizarras de él durante cada fiesta porque ya el pudor no existe, pero te puedo asegurar que jamás conocerás a una persona tanto como cuando ya comparten un hogar. Cuidado con este tema, quizá una opción sea vivir con un familiar. Pero si de plano te gana el desmadre y la aventura al 100% sin saber que es posible que te espere un muro cuando tú vas a 100 km/h entonces vete con alguien diferente, vete con tu pareja, con un vecino, un amigo, con un ligue, con un vagabundo que te topaste en la calle. Y es que es delicado este tema por la cuestión de los gastos.
Te dejo de tarea que desarrolles eso. Yo no lo haré, será divertido más para ti que para mí.
11. Impuestos
Las pesadillas de muchos, si cuando vivías en casa de tus padres y veías a la señora de la tanda caminar hacia tu casa te hacía sentir estrés, ahora imagínate cuando llegue a la puerta de tu casa el recibo de la luz, telefóno, internet, gas, agua, y lo más pesado (si es que te toca) la renta. Estos son los verdaderos monstruos que no querías conocer, es ahora cuando sabes que los monstruos a los que le temías cuando eras niño son pendejadas, esta es la mera vida hardcore y no chingaderas.
12. Visita de tus padres
Representará para ti la visita de tus padres a tu nuevo hogar la oportunidad para decirles con acciones algo como esto:
"¡Tómenla! Ahora soy independiente, ¿quieren una cerveza? Aquí tengo, ¿Comida? ¡JÁ! Sin problemas. ¿Quién es el inepto y vago ahora eh? ¡¿EH?!"
Y no lo lograrás.
Quien nace vago, muere vago.
Bueno, podrás mejorar ciertos hábitos, podrás aprender a valerte por ti mismo (si de verdad tienes esa convicción). Pero sí, la visita de tus padres será para ti esa oportunidad, quizá agunas veces logres el objetivo, quizá otras no cuando vean tu casa hecha un desastre, pero tus padres siempre confiarán en ti, saben que a pesar de que eres un demonio de tazmania no te dejarás morir de hambre y si ellos deciden ayudarte no te quedará de otra más que recibir esa ayuda, es una cosa muy rara con los padres y no lo entiendes porque no eres padre (quiero creer) y ese instinto no se los podrás quitar por más que digas y hagas, quizá es lo contrario a la famosa mamitis pero con los hijos, es algo como hijitis. Y sí, aunque tú digas que tus sábanas están bien a pesar de llevar puestas 3 meses, tu madre te dirá que no, que no está bien y las lavará aunque no quieras, aprovechará la mínima distracción para arreglar tu desmadrillo producto de cuanta locura realizada anteriormente.
"Mis padres son taaaaaan padres"
13. Roomies
Punto DELICADÍSIMO, es recomendable que sea con alguien con quien ya conoces sus hábitos, pues es como casarse esto de irse a vivir solo. Puedes conocer a tu amigo desde hace años, de hecho te ha tocado ver las cosas más bizarras de él durante cada fiesta porque ya el pudor no existe, pero te puedo asegurar que jamás conocerás a una persona tanto como cuando ya comparten un hogar. Cuidado con este tema, quizá una opción sea vivir con un familiar. Pero si de plano te gana el desmadre y la aventura al 100% sin saber que es posible que te espere un muro cuando tú vas a 100 km/h entonces vete con alguien diferente, vete con tu pareja, con un vecino, un amigo, con un ligue, con un vagabundo que te topaste en la calle. Y es que es delicado este tema por la cuestión de los gastos.
Te dejo de tarea que desarrolles eso. Yo no lo haré, será divertido más para ti que para mí.
Y así son, amigos míos, los puntos que pueden cambiar en tu vida cuando ya comienzas a vivir solo.
Y escribo esto porque precisamente el día de hoy 15 de agosto de 2016 se cumple 1 año de haber empezado esta nueva aventura que lleva por nombre "Me fui a vivir solo", aventura donde el inicio fue duro desde el día anterior con la despedida de amistades yéndolos a visitar, brindar por el Estado de México, empacar cajas, mirarse a la cara entre padres e hijos en un cuarto listo por desalojar, recibir visitar de familiares haciendo comentarios, prometerme a mí mismo JAMÁS olvidar la última noche que pasaría en mi cuarto como habitante de esa casa. Comenzó también con llegar al nuevo hogar, recibir ayuda en acomodar las cosas, limpiar, poner, quitar, y despedirse sabiendo que ya no hay marcha atrás, saber que esa
será mi primera noche en un lugar donde jamás había estado, situación
que me confundió porque creí estar lejos de casa y debía regresar
porque iba a oscurecer, pero no, ahora ahí es mi hogar, ahí deberé
llegar y así comienza el reto y experiencia.
Primer año de haber pasado (ya instalado) noches de profunda amargura recordando las cosas que pasé en mi lugar de nacimiento y de ubicación, saber que ahí aprendí a caminar, hablar, escribir, leer, andar en bicicleta, ahí cursé toda mi actividad escolar, ahí conocí a las mejores personas que ahora me acompañan y también a aquellas que creí importantes y que tuve que dejar de frecuentar. Primer año.
A pesar de constituir pesadillas, tropiezos, errores y demás cosas culeras, no se compara con la sensación de decir "Yo vivo solo". No lo cambiaría por nada.
Primer año de haber pasado (ya instalado) noches de profunda amargura recordando las cosas que pasé en mi lugar de nacimiento y de ubicación, saber que ahí aprendí a caminar, hablar, escribir, leer, andar en bicicleta, ahí cursé toda mi actividad escolar, ahí conocí a las mejores personas que ahora me acompañan y también a aquellas que creí importantes y que tuve que dejar de frecuentar. Primer año.
A pesar de constituir pesadillas, tropiezos, errores y demás cosas culeras, no se compara con la sensación de decir "Yo vivo solo". No lo cambiaría por nada.
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