viernes, 19 de septiembre de 2014

Entonces que no me meto en problemas con sus emociones

El infierno soy yo y mi cama es la oscuridad.

Cuando estoy yo la oscuridad también, y cuando no estoy, la oscuridad tampoco. Este es el infierno que me provoca esos escenarios, esos cruceros con albercas profundas techadas y a oscuras; esas mariposas quemándose por un lanzallamas a pocos centímetros de mi mejilla izquierda, esas personas aventándose de edificios altos al haber un temblor absolutamente perceptible.

Una vez el infierno me ubicó en una especie de túneles subterráneos donde habían pocos espejos en las paredes y un cuarto con muchos hombres, hombres que parecían albañiles extranjeros, es decir; velludos, fuertes, gordos, chaparros y con barba, dichos albañiles estaban tomando una ducha y yo estaba afuera como si estuviera esperando a alguien, entonces, salieron todos corriendo, sí, desnudos. Yo no entendía la lógica del infierno porque de inmediato me ubicó en un pasillo que ya había visitado anteriormente: era una especie de Déjà vu en un mismo Déjà vu.
Mi primo estaba ahí ¿que no debería estar en EEUU?



El infierno me vende mis propios problemas y mis propias soluciones cada vez que estoy en el lado oscuro de la tierra. Mi primo tenía una enfermedad la cual lo hacía toser constantemente, tosía, tosía y tosía hasta el punto que parecía que iba a morir aun estando de pie y rodeado de ciertas personas conocidas pero sin rostro... entonces, sus intestinos y otros órganos salieron de su interior, él intentó seguir respirando y él podía ver sus intestinos en el suelo, todos ellos llenos de sangre, su corazón, su hígado y su estómago eran visibles, lo único que pude hacer fue verlo a la distancia como si aún yo continuara esperando a alguien pero mejor decidí moverme, correr para intentar ayudarlo pero solo quedar parado frente a su cuerpo que estaba en el piso, lamentarme de su rostro desesperado derramando más lágrimas que sangre, atragantándose con su propia sangre y con un esófago que seguía conectada al estómago, ver como se golpeaba en el pecho de la manera más agonizante que jamás haya visto para que su muerte fuera más rápida: él mismo sabía que iba a morir.

Y así sucedió.

Mi primo murió y cuando el infierno me trajo de vuelta ya estaba sudando.

Hipersensibilidad ante situaciones poco usuales y de poca relevancia. Eso es el infierno. Y se venga a la misma hora en días no esperados. Se venga con lo mismo. Personas despellejadas gritando ayuda, cubiertas de fuego con cartas en la mano, árboles que filtran gotas de lluvia por donde paso, siguiéndome.

Hoy y toda mi vida ha pasado igual ¿Igual? Sí, hace tiempo aluciné con pasillos y gotas que caían cuando estuve sedado de niño, incluso visualicé la escena de lo que pudo haber sido la causa que me llevó a donde estuve en ese momento y al contarla me dijeron que eso jamás había pasado.

Hoy no sé qué sucede contigo, el modelo ideal se cae bajo la contradicción que refleja el espejo. No, no es eso, entiendo perfectamente.

Hoy ¿Hoy? No lo sé, pero pronto se vengará el infierno y estaré listo para él y para ti, ya que de mi parte esta etapa de mi vida se ha quedado estancada en el aspecto contemplativo, limitado, a eso me refiero, a tener un espacio y contar el infierno.

¡Ojalá que cada martes de Octubre juegue limpio! No más, no estar conectado paralelamente con el precio de la imaginación porque el infierno se aprovecha de eso. Con ellos ni conmigo tienes que sincronizar, no debes tener piedad por nada porque si ni el infierno lo hace, entonces nada podrá superarlo.

Ahora puedo ver mis propios órganos y sé que harás lo correcto.

1 comentario:

  1. Tan sólo el conejo y el X-box, son eventos de mundos paralelos que colisionan entre si.

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