No sé si lo conté por acá, pero a pesar de constituir el día más importante de mi vida (hasta ahora) existe un recuerdo bastante triste en ello.
He platicado frecuentemente cómo a veces me ha afectado la comparación que existe por parte de mis padres hacia mí con respecto a mis hermanos. El peso que se carga por no ser un alineado a veces es duro. Pero no hablaré de eso hoy, hablaré de ese recuerdo triste.
Aquel día, varios amigos fueron a verme, incluso mi abuela, 2 primas, mi hermano gemelo y mi madre, esta última acudió de último momento, pues no tenía pensado asistir. Y mi padre ni siquiera pensó en ir (porque su trabajo era más importante, al parecer). No había nada preparado para mi posterior celebración (no es que lo pidiera, pero bueno, al menos hubieran pensado algo). El punto es, yo llegue ese día a casa de mi mamá para celebrar un rato y no había nada con qué hacerlo. Mi tía, super amable y hospitalaria como siempre (no es sarcasmo, es en serio) no sabía siquiera que había algo importante que celebrar, así que mandó a traer unos pollos rostizados, tortillas y sacó unos frijoles que ahí tenía.
Honestamente la pasé bastante bien. Lo feo de este día llegó pocos meses después, cuando en el examen profesional de mi hermano hubo bocadillos preparados y compartidos en los pastos con los sinodales, grandes halagos, felicitaciones y elogios.
Quienes me conocen, saben que no tengo ningún problema con eso, el punto jamás es mi hermano, pues es la persona más importante en mi vida. El problema es el minimizar la ciencia social, y quién la estudia, incomprenderla.
Ciertamente me dolió mucho pensar en las diferencias empujadas por quienes me criaron, la verdad. Es por eso, que he decidido algo.
Espero poder titularme este año, la tesis de maestría prácticamente ya está concluida y deseo nuevamente hacer mi examen profesional (aunque ya no estoy tan emocionado, la verdad). Pero, quiero convertir un triste recuerdo en una tradición. Un giro para convertir algo triste en un símbolo de triunfo.
Quiero celebrar con mucho pollo rostizado, ir a comprarlo yo mismo, y saborearlo. Quiero que la gente que realmente esté dispuesta a hacerlo conmigo, tenga el valor para aceptarlo, compartir un momento tan importante con un detalle tan bello como el que mi tía tuvo como consideración. Ese aprecio que tuvo hacia mí quiero compartirlo con la gente que me rodea y se interesa por mí. Quiero potenciar ese bello gesto que tuvo mi tía para darme un poco de alegría, aunque haya sido improvisado.
No quiero aceptar menos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario