No fue suficiente, no lo conseguiste a pesar de que actuamos a tiempo. Hicimos lo que pudimos, pero batallar con la diabetes hace todo más complicado, imposible de manejar.
Gracias por todo, las pocas veces que coincidimos fui muy feliz a su lado. Gracias por ayudarme cuando lo necesitaba y por preocuparse por mí. Siempre lo recordaré.
Es frustrante, pero son cosas que quedan fuera de nuestras manos. Ahora debemos resistir porque se viene la ola con nosotros y ahora debemos lidiar con dos batallas, su partida y la enfermedad.
Descanse en paz, señor Jacobo G.F.
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