jueves, 19 de abril de 2018

Enciende el televisor

Mañana no es un día común, mañana es el día.

¿Nervioso? Un poco, por ratos. He pasado por cosas bien duras durante todo este proceso como para sentirme estresado o preocupado en el último jalón. Si todo este tiempo la pasé mal, qué mejor que terminarlo feliz. Mañana me voy a divertir en ese evento. Eso haré :)

El día de mañana no es como cualquier otro, mañana es el día que he estado esperando desde muchos años atrás. Es el día de la batalla final, decisiva y definitiva para consagrarme, para demostrar años y años de las generaciones que me anteceden, para representar dignamente el esfuerzo, cansancio y sudor de mi familia, pero sobre todo, el mío.

Han sido casi 2 años de un solo objetivo, 2 años muy pesados, los recuerdo a la perfección. Todo inició un día en el que encontré el tiempo para comenzar, yo estaba entrando en una situación personal muy difícil de mi vida que duró un buen tiempo.

Era junio de 2016, precisamente el 17 de junio, cuando se dio el inicio oficial de este objetivo, mayo fue un puro entrenamiento, fue una iniciación que sin problemas aprobé, sin mayor inconvenientes pues mi meta era clara desde entonces.

Los meses consecutivos de junio de 2016 fueron acompañados por esos meses personales, amorosos, laborales y familiares muy complicados, por momentos dudaba de mis capacidades, de mi confianza, de mi esfuerzo, pero este objetivo era uno contra miles de adversidades y ese 1 era mucho más que esos 1000, no podía dejar de sentir orgullo por la decisión que había tomado, me he preparado, me decidí a continuar, me levantaba a pesar de seguir teniendo esa desconfianza, ese 1 era mayor a esos miles. Me obligó a seguir.

Llegó 2017 y con él una nueva etapa que me dio el empujón para seguir confiando en mí, como si fuera una segunda oportunidad. En esa segunda oportunidad tuve que reconsiderar muchas cosas y fue por ello que tuve que tomar ciertas decisiones muy cruciales, estaba pensando más en mí y lo que me beneficiaba. Cobré un poco más de fuerza y comencé a realizar nuevas actividades para complementarme. No dejaba de un lado mi objetivo, me seguía preparando.

Algunas veces fueron divertidas las aventuras, como cuando viví encerrado 2 días en completo estado de aislamiento para prepararme más sin interrupciones. Otras fueron difíciles, cada vez que acudía a ver a mi entrenador a la arena llovía que me hacía correr por toda la calle, muchas veces llegué empapado, frustrado por lo que rodeaba a la lluvia. La lluvia me acompañó en varias veces que iba para allá, me enfermé y a veces me veía obligado a dormir en otra parte porque la misma lluvia bloqueaba la ciudad.

Si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría. Tal y como me lo dijo el señor J.J. hablándome de las cosas que se obtienen con esfuerzo y dedicación.

Posteriormente vinieron los anuncios para convocar a los jueces e invitados al evento, fue desde octubre de 2017 hasta marzo de 2018 el periodo en el que viví sometido a trámites más pesados que la propia preparación para el evento, fue más desgastante, pesado, tedioso, frustrante, absurdo, pero también lo conseguí. Se anunció la pelea, me he preparado todavía más para este día.

Después de todo ese sufrimiento y pesar, no vale la pena que mañana (el día) lo pase preocupado, estresado. Vale la pena disfrutarlo, divertirme y pasarla bien, dar un buen espectáculo y sentirme satisfecho con mi esfuerzo.

¿Mis contrincantes? Mis propios entrenadores.

Mañana es el día que he esperado desde hace mucho, el día de dar la cara por mí y por mi familia, demostrar mis capacidades en un evento en menos de 2 horas.

Mañana no voy por un título oficial. Voy por el orgullo y el honor de mi familia.

Nos vemos mañana en la arena a las 10 de la mañana en la Sala B del Edificio A-6.

Hemingway. Un maestro. Una inspiración.
 

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