Es el día del décimo mes del mejor año que (hasta ahora) he tenido y todo transcurre con la normalidad de este lugar. Es el mes de las cosas chingonas, el mes donde cada año se repiten cosas novedosas, interesantes y muy satisfactorias, el mejor mes para dar la bienvenida a gente nueva y para mandar al carajo a otras.
Lunes por la mañana en el lugar de los dueños de los Coyotes. Salgo a junto donde hay masa y sólo me toma 5 minutos para llegar a la calzada de la tierra firme. Es octubre otra vez.
Y me siento bien porque es ahora cuando recuerdo que las buenas cosas suceden en octubre, pero siempre es lo mismo con este mes; quizá, y sin darme cuenta, sea una trampa de mi percepción. Curiosamente las cosas buenas de octubre se tornan contraproducentes en meses posteriores (principalmente el mes de diciembre). Pero en fin, este año debe ser diferente, será diferente.
Estaba en lo de la calzada de la tierra firme... Sí, el camino no es muy complicado para llegar al lugar de las flores de agua, sólo debo tomar una sola vía, de ahí, la cuestión es tomar dirección sur hacia desde donde hay espinas grandes (es importante no llegar a la tierra aplanada). Llegando ahí veo que, a pesar de ser el mes de las cosas chingonas, el coloso donde el mundo volteó en 1986 a ver los astros (o más bien EL astro) parece no sentir el efecto ¿A caso le es indiferente? ¿No se da cuenta que ya llegó octubre? ¿Soy el único que se siente bien de que llegue octubre sin ser el mes de mi cumpleaños? En fin... Posteriomente debo ir en dirección poniente hacia el lugar de variados colores, eso, sin necesidad de llegar a los sembradíos de flores, sigo toda la ruta periférica con vista hacia el ombligo y veo cómo me acerco cada vez más hasta que sólo es cuestión de dar una vuelta y me encuentro en mi objetivo. Comienza oficialmente mi día.
Mientras llevo a cabo mi día, reparo en la importancia de octubre, pero no solamente eso, sino que he pasado por el día más importante de octubre; quizá la rutina, la ingenuidad o alguna otra distracción es lo que me está llevando a otro pensamiento y haciéndome olvidar de las cosas buenas.
Es por eso que ahora te escribo esto agradeciendo esa mentada de madre que me llevé cuando me respondieron:
"Pues haz el tuyo, cabrón"
Lunes por la tarde en el lugar de los dueños de los Coyotes y este blog.
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