Tlalpan es un mal necesario.
Tengo un sentimiento fuerte ahora mismo. Mis vecinos de junto se acaban de ir y reflexiono mucho sobre lo que implica mudarse. Iniciar, a veces, desde 0 en un lugar nuevo. Adaptarse y dejar atrás las ventajas y desventajas del antiguo lugar.
Y pienso sobre mi futuro, tanto de lo que hablé en el post anterior, como mi propio futuro en Tlalpan.
Desde 2018 Tlalpan empezó a tomar una relevancia fuerte en mi vida cuando empecé a conocer la zona derivado de los ensayos que hacía para tocar y mi amigo que vivía acá. Posteriormente vine a vivir aquí y mis círculos sociales se han ido ampliando aquí.
La realidad es que Tlalpan no me gusta, me hace sentir mal vivir aquí. Y si bien he vivido aquí ya muchos años, no termino por acostumbrarme y cada vez siento que pierdo más aquí que en cualquier otro lado en el que he vivido. Siento que estoy pagando un exilio del lugar en el que crecí y conozco. Me siento extranjero. Siento culpa de tener que ser yo el que deba aprender las calles, lugares y zonas de los que residen aquí y ver que ellos se sientan ajenos a las zonas que yo conozco de origen con su visión limitada a esa alcaldía lejana.
Soy víctima del domicilio. Ese que ya es nuestro exilio...
Pero hay un detalle importante por el cual Tlalpan ha cobrado relevancia. Mi trabajo está aquí también.
Pienso que si quisiera yo irme de Tlalpan, tendría que ser a un precio altísimo. Dejar de trabajar en el trabajo de mi vida, el actual. Pienso que la vida me ha puesto en una situación muy inteligente de su parte de darme lo mejor y lo peor que puedo recibir en un mismo paquete, pues una decisión tendría que hacer romper ambos puntos. Un intercambio.
Pero eso sí, siento que, por mucho que no me guste Tlalpan, el día que me vaya de aquí, pensaré en las cosas bonitas y chidas que viví aquí. Aquí hice mi maestría, aquí viví la pandemia, fue mi primer mudanza en solitario, aquí viví una relación importante para mí y dejar de lado esos recuerdos tampoco será sencillo, aquí empecé desde 0 en muchas cosas y creo que lejos de todo, valoraré esto más cuando me vaya. Pero aún así los aspectos negativos los sigo padeciendo.
¿A caso todo esto es plan maestro de alguien para tomar una decisión de un altísimo costo?
Nunca lo sabremos, pero creo que si quiero irme de aquí, debo cambiar también de trabajo. Es una encrucijada.
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