No lo sé.
Cada noche desde lo sucedido me llenan las ganas de rendir las cuentas sobre como creo que son las cosas, sin embargo, el ejercicio de reflexionar lo que pienso y volver a reciclar esa idea para obtener una nueva sólo me genera un ciclo de confusiones sobre mi estado. A veces quisiera explicarte lo que descubro cada día, pero curiosamente al día siguiente surgen nuevas ideas que podrían inclusive dejar a un lado la anterior. Puedo justificar mis acciones el día de hoy con algo, pero, como menciono, al día siguiente pueden ser distintos. Eso me tiene confundido, mis decisiones y pensamientos a veces no se tornan tan claros como creí. No sé si es sugestión o realmente estoy entrando en un proceso cada vez más intenso.
Hay algo que mencionar, de no haber sido por los momentos que pasamos y el valor que tenía para mí eso, no habría jamás podido darme cuenta de que necesitaba este viaje para conocer el origen de mi actuar y poder tomar un camino adecuado. Estoy en deuda, sin embargo, sabemos lo que sucedió. Qué lamentable.
Es por esa razón que soy enfático que no debe verse como un proceso trágico, dado que los pensamientos sobre todo este tiempo no han cambiado.
Los fantasmas que habitan en mi mansión no han salido, es algo muy extraño, porque dentro de esta mansión hay muchas habitaciones que nunca han sido abiertas, y posiblemente deba abrirlas para liberarme de los ruidos que me acechan cada vez que me voy a dormir y apago la luz de mi habitación con el miedo de que me generen algún daño. Quizá dichos fantasmas ni siquiera existen, quizá sólo sea todo de productos imaginarios, sin embargo, la realidad es que esas habitaciones deben ser abiertas para comprobar el estado en el cual se encuentra mi hogar. Y yo, como explorador y como habitante de esta casa, no estoy seguro si estoy demasiado o muy poco preparado para enfrentarlos, para ello me he hecho valer de varios recursos, algunos creyendo que son una solución, pero a veces se tornan únicamente parte del problema cuando creí que esa herramienta estaba a mi favor.
Cada noche desde lo sucedido me llenan las ganas de rendir las cuentas sobre como creo que son las cosas, sin embargo, el ejercicio de reflexionar lo que pienso y volver a reciclar esa idea para obtener una nueva sólo me genera un ciclo de confusiones sobre mi estado. A veces quisiera explicarte lo que descubro cada día, pero curiosamente al día siguiente surgen nuevas ideas que podrían inclusive dejar a un lado la anterior. Puedo justificar mis acciones el día de hoy con algo, pero, como menciono, al día siguiente pueden ser distintos. Eso me tiene confundido, mis decisiones y pensamientos a veces no se tornan tan claros como creí. No sé si es sugestión o realmente estoy entrando en un proceso cada vez más intenso.
Hay algo que mencionar, de no haber sido por los momentos que pasamos y el valor que tenía para mí eso, no habría jamás podido darme cuenta de que necesitaba este viaje para conocer el origen de mi actuar y poder tomar un camino adecuado. Estoy en deuda, sin embargo, sabemos lo que sucedió. Qué lamentable.
Es por esa razón que soy enfático que no debe verse como un proceso trágico, dado que los pensamientos sobre todo este tiempo no han cambiado.
Los fantasmas que habitan en mi mansión no han salido, es algo muy extraño, porque dentro de esta mansión hay muchas habitaciones que nunca han sido abiertas, y posiblemente deba abrirlas para liberarme de los ruidos que me acechan cada vez que me voy a dormir y apago la luz de mi habitación con el miedo de que me generen algún daño. Quizá dichos fantasmas ni siquiera existen, quizá sólo sea todo de productos imaginarios, sin embargo, la realidad es que esas habitaciones deben ser abiertas para comprobar el estado en el cual se encuentra mi hogar. Y yo, como explorador y como habitante de esta casa, no estoy seguro si estoy demasiado o muy poco preparado para enfrentarlos, para ello me he hecho valer de varios recursos, algunos creyendo que son una solución, pero a veces se tornan únicamente parte del problema cuando creí que esa herramienta estaba a mi favor.
No hay motivo para juzgar ni para sufrir, solo para comprender. No busco atar nada ni ser atado, sólo dejar que las cosas sigan el curso que deben seguir, vivir y disfrutar de las cosas que siempre han logrado una sonrisa en todos: una comida, un viaje, una plática, un deporte, un hábito o un pasatiempo.
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