domingo, 10 de noviembre de 2013

Persone vanno, persone vengono

Tengo mucha tarea por hacer, debo ser franco, sin embargo, quiero compartir con ustedes algo que me ha sucedido, y que todos hemos pasado, pero son cosas que no me cuadran conforme pasan mis años. Quiero ser claro, no me dedicaré a ser tan preciso, de hecho, nunca le he sido en todas las entradas que he hecho, ya que lo mismo que lees, es lo mismo que te diría si tú (SÍ, ¡TÚ!) me acompañas en una plática con una buena cerveza (o un bueeen pulque), aunque no me gusta mucho clasificar (que por cierto, será un tema de una entrada próxima) digamos que me podría ubicar libremente como un Politólogo de cantina.

Resulta que el Martes que pasó me sucedió algo cagado con una persona, la cual la he conocido por 4 situaciones las cuales narraré de la siguiente manera

Persone vanno, persone vengono


Encuentro número 1:

Me pidió un libro, no recuerdo de qué, el punto es que empezamos a hacer la plática.
- ¿Cómo te llamas?
- Adán- le dije
- Adán, mmmmmm como Adam Ant ¿Conoces a Adam Ant?
Pensé inmediatamente en lo que me decía mi padre cuando era apenas un niño. Que los nombres como tal no se traducen, puede que tenga un origen que fue alterado, pero carajo, si te llamas Adán en México, eres Adán en China, a lo cual estoy de acuerdo.
- No, la verdad no lo conozco, nunca había escuchado hablar de él.
- Pues es un cantante británico (eso dijo), no es muy conocido en México por muchas situaciones, pero es muy bueno, deberías escucharlo.
Esta plática la neta se tornó más larga, y por razones que ya no recuerdo, terminé teniendo una plática muy interesante con este tipo, además de que también terminé algo impactado por la facilidad de plática que tuvimos en ese primer encuentro, me decía cosas acerca de ese tal Adam Ant, y me preguntó que qué se hace cuando se trabaja en una librería y del trato a la gente, yo hice lo correcto. Nos despedimos y me recomendó escuchar a Adam Ant, cosa que hasta este momento no he hecho.

Encuentro número 2:

Yo tenía clases de inglés los viernes de 11 a 3, y tenía 20 minutos de descanso. La escuela donde estudio es grande, tan solo de recorrerla de extremo a extremo me tomo aproximadamente 10 minutos, yo estaba en algún punto (el cual no es importante) y de repente ¡Pum! volví a ver a la misma persona que me habló en la librería, ese cabello color rubio, la altura, la edad que aparente, la complexión, todo, definitvamente era él. Lo vi de lejos y fui a comprar lo que debí haber comprado, caminé de nuevo, y lo volví a ver en otro punto; no estaba siguiéndome, eso era un hecho, pero es raro que hayamos cruzado miradas para intentar reconocernos, bueno, no raro del todo, tan solo de la última vez que nos vimos había pasado alrededor de un mes y medio, así que sería fácil identificarlo.
Ya estando en otro lugar TOTALMENTE distinto a los dos anteriores, estaba yo platicando con un amigo que se llama Diego, hasta que lo vi pasar a lo lejos, y decidí decirle que venga:
- ¿Tú eres la persona con quien hablé en la librería en Satélite hace tiempo?. Sin duda se lo dije de manera muy sorpresiva y sin disimulo alguno
- ¿Cuál librería?
- Sí, de que me hablaste de un tal Adam Ant y buscabas un libro.
- Aaaaaa sí ya recordé ¿Y qué haces por acá?
- Pues aquí estudio
- ¿Y qué estudias?
- Ciencias Políticas
- Ooooohm, Ciencias Políticas ¿Y qué tal?
- Tssss, está muy bien, pero ahora vengo a tomar Idiomas; solo los viernes ¿y tú qué haces por aquí?
- Pues yo ando viendo que eventos culturales hay, me gustan
- Aaaaaa ya
Me preguntó cosas de mi horario de clases y cómo podía estudiar y trabajar al mismo tiempo, le tuve que explicar mi horario más o menos. Después de eso, el silencio hizo que se fuera y que me hiciera pensar que jamás lo volvería a ver como cualquier otra persona.

Encuentro número 3:

Yo iba solo, tiene algunos meses de eso, y cuando estoy solo, puedo tomar mejor mis decisiones, es por ello que había decidido ir a ver los libros usados o de saldos que venden en mi Facultad, la verdad tienen títulos interesantes y muy baratos, además de que me gusta ver los lugares donde se venden libros, se puede conocer mejor si se visitan esos lugares, en fin. Me acerqué y estaba viendo unos libros de arte y de otras cosas que ya no recuerdo, habían 2 mesas largas con una carpa encima, por lo que podía pasar libremente entre ellas 2 observando su material a vender, cuando había cambiado de mesa para ver títulos interesantes, del otro lado vi de nuevo a ese sujeto, aquel sujeto que YA había visto en mi trabajo y después en el centro de Idiomas de la Facultad, pero ya había pasado mucho tiempo desde que lo vipor última vez. Mientras vemos los libros, el se acerca a mi mesa y hace un comentario con mucha confianza.
- Mira, libros en Inglés, para que practiques
La verdad nunca supe si lo dijo en comentario normal o si recordó que yo estaba estudiando Inglés.
- Jajaja sí ¿no? Pa'al Inglés- Le dije
Seguimos viendo los libros pero ya lejos, hasta que me le acerqué con la misma confianza
- Oye y qué onda ¿Ya no has ido a la librería verdad?-  Le pregunté
- ¿Librería?... ¡Aah! No, ya no he ido, hace tiempo que ya no voy.
- Mmmmmmm ¿Y ahora qué andas haciendo por acá?
- Pues ya ves, estaba pasando cerca de aquí y decidí venir.
- Mmmmm bueno, sale man, nos vemos cuídate.
- Cuídate
¿Extraño no? La verdad al menos para mí lo es, hasta ese día no conocía su chingado nombre, y la verdad si me lo dijo, ni lo recuerdo.

Encuentro número 4:

Estaba yo en mi trabajo (de nuevo), cuando de repente estaba acomodando unos libros en un mueble cuando de repente escuché.

- Buenas tardes.
Entonces giré mi cabeza y lo vi.
- Buenas tardes ¡Qué onda!. Le extendí la mano para saludarlo, ya era demasiada obviedad como para que se haga pendejo en disimular que no me conoce, me saluda y continúa.
- Qué onda, pues mira hoy vengo como cliente, estoy buscando el libro 1984 de George Orwell, pero no sé en qué editoriales las tengas.
- A sí mira, te muestro las que tengo.
Le mostré desde las más caras, hasta las más baratas, y aún así buscaba de otra editorial, batallando en intentar leer su mente, encontramos la editorial, la cual costaba $30, le comenté la importancia de la editorial al momento de comprar un libro.
- Este libro es excelente, sin duda lo quiero regalar, pero será enviado, por eso buscaba esta edición, es práctica, cómoda, pequeña, barata, pero la letra es muy pequeña y eso no ayuda.
- Sí, pero si quieres algún otro te lo muestro.
- No; déjalo así, pero qué interesante que este libro no lo hacen película
- Pues no sé si haya película
- No, no la hay, ¿Y sabes por qué? Por que a ellos no les conviene que la gente sepa de este tipo de cosas, les incomoda y no les conviene.
Pero se me viene a la mente otras películas que incitan a no disciplinarse, no me pareció un comentario acertado, porque sin importar que la productora sea comercial, pueden sacar alguna versión no comercial, pero sí basado en la película.
Seguimos platicando de libros y pensé en recomendar el libro de Fahrenheit 451, pero ese libro es más caro, me lo negaría.
- Pero tú decide, por cualquiera que te lleves, te puedo manejar un descuento, por eso no hay problema
- Eso estaría bien, pero mira, déjame checarlo ¿no?
- Sí, no te preocupes
- Y ya cuánto tiempo llevas trabajando aquí.
- Mmmmmmm pues llevo como 1 año y Agosto, Septiembre, Octubre, como 3 meses.
- Ósea que cuando te vi por primera vez, fue casi cuando entraste.
Sin duda, acertó este cabrón.
- Sí, no tenía mucho que llevaba trabajando aquí
- ¿Y a qué hora sales?
- A las 8
- Órales ¿Y a qué hora dices que entras?
- A las 2
- Mmmmm
- ¿Y por dónde vives?
- Pues vivo muy cerca de la FES
- Aaaaaaaa ¡NO MANCHES! Con razón has durado, qué privilegiado eres, tienes el trabajo y la escuela cerca de tu casa, qué bueno, me da mucho gusto, pensé que vivías en uno de esos lugares feos como Ecatepec, Cuautitlán de quién sabe qué chingados, Iztapalapa.
- Jajajaja, nooo, la verdad sí vivo cerca de aquí.

Vio un libro y se detuvo a hacer comentarios acerca del autor, lo cual mostró su habilidad para conocer personajes que trabajaron en el INBA, CONACULTA, en el gobierno Federal con Salinas de Gortari etcétera (sí, ¡Etcétera! No el cobarde etc.), además de las fechas de creación de cada uno de esos órganos, muy astuto, se acerca una señora y a unos pasos casi al llegar a mí, me dice.

-Pues ya te vienen a pedir un libro, nos vemos. Rápidamente extiende su mano y nos despedimos.
- Por cierto ¿Cómo dices que te llamas?
Sonríe levemente y dice
- Raúl.

Y hasta esta publicación, ya no he sabido de él.

¿Entonces qué pedo?

Pues resulta que la reflexión que hago es la que todos nos hemos dicho

¿Qué cagada es la vida no?
¿Qué mundo tan pequeño no?
¿Qué coincidencias no?

Pero qué significa realmente eso, quizá tú (Sí, ¡TÚ DE NUEVO!) seas una persona con la que he tenido buen contacto, quién sabe si me olvidé de ti, o nos olvidemos y seamos extraños de nuevo, y en algún otro punto de nuestras vidas, nos volvamos a encontrar, pero las cosas ya no sean iguales.
¿Qué cagado no? Cómo hay gente que va y gente que viene. Que de repente con muchas personas te lleves excelente, pero después de un tiempo, no se frecuentan y todo valió madre y no por mala onda, sino porque ya cada quien encontró otro camino, otros hábitos: Otra vida. Por ejemplo, desde pequeño, y no sé por qué chingados, me pasa que la gran mayoría de mis amigas más cercanas, al menos por etapas (para el caso de las mujeres), se han llamado Karla, es algo super cagado.
Solo hay que entender que en la vida no se puede ser estático para siempre, que las personas van y vienen, que como Raúl, puede que te la encuentres en el metro o en una librería culera, sin embargo ese tipo de cosas además de aprender cosas nuevas por gusto propio, son las cosas que me hacen sentir vivo, y que me inspiran a seguir viviendo, porque el hecho de conocer nuevas personas, te hace conocer nuevos lugares, nuevas sensaciones, nuevos libros, música, entre otras cosas, y que cuando te despides por última vez, su legado se haya en lo que aprendiste, aunque digas:

"¡Ese we era re chido!" o
"Esa vieja además de que estaba re buena, era bien chida".

A veces me pone ciertamente nostálgico pensar en las personas que ya no frecuento, pero eso se quita cuando conoces cosas nuevas.
Puede que te ponga triste (si me conoces en persona) el hecho de que habrá un día donde nos volvamos extraños, pero conocerás alguien mejor que yo (además recuerda que soy un hijo de puta), y también puede que me ponga triste el hecho de ya no volverte a ver, pero igual, la vida sigue.
Son tantas cosas las que traen las personas, pero es tan cagado, pareciera que realmente esto es un mundito donde te puedes encontrar a la gente y recordar de nuevo. Y yo no sé realmente si hay una persona que deba conocer que cambiará mi rumbo, eso suena aún más interesante. Pero ya.

Para acabar, y para recordar, qué mejor que hacerlo con un buen trago de Whisky y escuchando una buena canción, aunque suene de (como dice un actual amigo que pronto será un extraño) Alcohólico dolido, pero la rola está poca madre.
Disfruten recordando a sus amigos, o mejor dicho, olvídenlos, escuchando Still got the blues de Gary Moore: